20 de febrero de 2010

19 Febrero 2010: el día tonto

Últimas sensaciones en la caravana, las prisas de dejarlo todo recogido, tirar todo lo que ha sobrado y lo que no hemos utilizado o se puede compartir lo dejamos en el camping. La oficina de United Campervans abre a las 8, cuando salimos del camping. Hay que repostar, y dejar los depósitos de aguas grises y negras vacíos. Buscamos la oficina de United y llegamos a la de Kea, nos hemos confundido. Pero todas están cerca del aeropuerto. Adecentamos un poco la imagen de la caravana, nos cobrarían 50 $NZ por la limpieza, pero al final no nos penalizaron. La devolvimos en perfecto estado, salvo el chinazo en la luna delantera que a la chica le parece muy grande. Del trozo de plástico que se nos desprendió ayer no se ha notado nada. Todo parece estar correcto. Nos devuelven el dinero que gastamos en reponer el gas (LPG) y nos indican que hemos hecho 4.120 km!!!! salvajada, mucho para dos semanas como nos indica la chica de United.

Ellos mismos se encargarán de llevarnos a l aeropuerto. Buscamos la terminal internacional y en cuanto entramos probamos a pesar las maletas. La del primo y mía pesan 18,9 kg (la del primo vino con 9 kilos), y la de Dani 19,5 kg, uyyyy. Así que estamos contentos con nuestra disposición de pesos.

Toca ir al mostrador de Singapore Airlines, donde nos facturan las maletas hasta Madrid, con dudas del operario de si Barcelona y Madrid eran las dos ciudades de España. Esta gente se preocupa porque le entendamos y eso supone que haga preguntas que no entendemos, al final es mejor que vaya al grano que es lo que controlamos. Nos indica que tenemos que pasar por caja, y es que en este aeropuerto hay que pagar para salir. No hay quien lo entienda, pero es así, 25 $NZ cada uno.

Pasamos el control de pasaportes, y luego el de seguridad, en el que me hacen un registro de la mochila, que va reventar de recuerdos del país. Ya estamos en zona internacional, hacemos las últimas compras, gastamos unos dólares en unas carreras en los recreativos, y estamos embarcando a las 11:45 camino de Singapur.

Nueva Zelanda nos regala un último día soleado que nos permite ver desde el avión las cumbres nevadas de los Alpes del Sur. Algo caprichoso ha sido el tiempo meteorológico de estos días, pero en general no nos podemos quejar de lo que nos hemos encontrado.

Por delante quedan infinidad de horas de vuelo: hemos empezado con 10 horas hasta Singapur. Allí hemos tenido que hacer una escala interminable de 6 horas, en la que hemos aprovechado para ponernos un poco al día con la conexión a internet que tienen allí los ordenadores, hemos aprovechado los automatismo que incorporan todos los elementos del aeropuerto, nos hemos dado un masaje en los pies, hemos montado en el tren eléctrico que conduce solo que va de una terminal a otra. Lo que nos hemos hecho es comprar ningún artilugio electrónico ya que los precios están más o menos a como lo encontramos en las tiendas en las que compramos en España.

A las 11:45 despegamos de Singapur, y emprendemos un turbulento viaje hasta Milán de 12 horas y media, en la que hemos aprovechado para dormir pero con unos meneos de mucho cuidao. No hace falta decir que tanto en un vuelo como en otro de Singapore Airlines nos han agasajado en demasía con tanta comida como en la ida.

Aterrizados en Milán hemos tenido que esperar a que bajara una buena parte del pasaje, y que limpiaran el avión. Hora y media esperando parados, a las 7:20 salimos de Milán, en un vuelo corto donde hemos podido observar desde el aire los Alpes Italianos nevadísimos. Hemos llegado por fin a tierras españolas a las 8:45. Se hacía raro oir hablar castellano, en el mostrador de Air Europa estábamos medio dormidos, y después en el control de seguridad hemos tenido todos los problemas que no hemos tenido en medio mundo: me he tenido que quitar las botas, sacar fuera el portatil, ponerlo en una bandeja aparte con lo que ya tenía que mover 3 bandejas, y encima en el arco de seguridad voy y pito, con mis pantalones de algodon y mi camiseta de poliester. Como no sea la mierda que llevo encima….

Nos queda esperar hasta las 11:30 que salga nuestro puente aereo hasta Madrid, y por fin, tras 25 horas con los pies despegados del suelo, y 37 horas de aeropuertos y aviones, habremos llegado a casa.

Frase de la jornada:

Yo: “el viaje este ha sido largo de cojones”

Primo: “pues a mi se me ha pasado volando….”

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