28 de julio de 2013

Pedaleando por las sendas del Eresma

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Las vicisitudes de la vida me han llevado últimamente a esconderme en la bici, las botas y las montañas, así se crean mis bicisitudes, y una grata consecuencia de ellas son una mejor forma física y más fuerza en las piernas que en la cabeza. Y para cuando la cabeza zozobra y el calor aprieta tiro del escondite que descubrí el año pasado, un rincón de la Sierra que me atrapa, tranquilo, acogedor, siempre verde y fresco: el Eresma.

Disfrutado en verano con un buen libro y mente abierta, raqueteado en invierno, ya le tocaba en turno de meter por allí la bici. La ruta que sube del Puente de la Cantina hasta Cotos me había resultado muy llamativa desde que la patee, también me parecía dura. Tocaba comprobarlo en mis propias carnes.

Aparco el coche un poco antes del Puente, cuando acaban las 7 revueltas del Puerto de Navacerrada. El día me ha dejado no madrugar, son las 14 h y hace 14ºC, las nubes amenazan lluvia y chispea. Parece mentira que a finales de Julio me vaya a poner manguitos y echar el chaleco cortavientos y el maillot largo, pero me vendrán bien.

Comenzamos con un tramo de pista forestal muy bien asfaltada, comienza prácticamente llano pero se va empinando poco a poco, hasta rozar el 12% de pendiente. En 2,5 km abandonamos la pista asfaltada y giramos a la derecha para coger el Camino Viejo del Paular que nos subirá hasta el Puerto de Cotos. Es una pista ancha con el firme algo pedregoso, pero lo que más complica el avance son sus rampas, de hasta el 20% pero con algunos descansillos o falsos llanos donde recuperar el resuello. Al final me sale un 12% de media, ni tan mal.

La guinda del pastel lo da un último tramo, tras un curvón a la izquierda despejado de árboles, donde la pista se pierde invadida por las aguas que por ahí fluyen en invierno. Nos vemos obligados a pedalear por un exigente sendero paralelo a mano derecha, con piedras, raíces, vacas y arroyos, donde tienes que llegar aún con fuerzas para el último golpe de riñón, y la bici se pone a una rueda para acabar llegando a la pradera de Cotos, en el recién estrenado Parque Nacional, conseguido! C360_2013-07-27-15-54-02-905

Me he encontrado con fuerzas en toda la subida, mientras la cabeza fluía recordando los buenos y malos momentos que he compartido con este camino, y supone un subidón haber vuelto aquí montado en la bici superando todos los repechos y todas las dificultadas. Haciendo frente a lo que parece imposible con ganas y creyéndome con fuerzas.

C360_2013-07-27-15-56-04-774Con la panza llena hago el rápido descenso, supero los 60 km/h justo cuando me paso el desvío que quería coger, frenazo y cambio de tramo. Un sendero cubierto por los helechos nos lleva hasta la Vereda de la Canaleja, la cual se puede recorrer por un sendero paralelo para evitar piedras. Acabo junto al Puente de la Cantina, pero no puedo salir a la carretera porque una puerta me lo impide. Golpe de suerte.

Me propongo seguir bajando por los pinares de Valsaín hasta poder cruzar el río por la zona de Boca del Asno, y pedaleo por senderos sinuosos rodeados de helechos y verde por todas partes. Divertidísimo, hermoso. Así llegamos hasta Boca del Asno, atestado de gente, aunque con eso de que el día ha salido fresco imagino que menos que otros calurosos findes veraniegos. Cruzamos el río y lo remontamos por la Vereda de Pesquerías Reales, un tramo de ciclavilidad complicada, pues cuenta con grandes raíces y piedras que para mi técnica me obligan a echar pie a tierra.

Aún así merece la pena recorrer este tramo que Carlos III mandó canalizar en su orilla izquierda para facilitar la pesca que tanto le gustaba. Si continuáramos por este camino llegaríamos al Puente de la Cantina, pero como tengo el coche un poco más arriba, decido desviarme, coger agua en la fuente de la Poza de Venus (hermosa toponimia) y seguir subiendo por esta vereda junto al Arroyo Minguete que me conducirá hasta una nueva pista asfaltada que poco a poco va ascendiendo. C360_2013-07-27-18-06-39-020

Aquí toca improvisar para acabar en el coche. Llego hasta la cota donde lo tengo aparcado y surge a mano izquierda un camino que sigue curva de nivel, estoy de suerte. Este camino se acaba convirtiendo en una senda formada por el paso de las vacas, lo cual te puede conducir a complicaciones. Toca echar el pie a tierra y empujar algún tramo la bici. La carretera ya está cerca pero me separa una valla, toca seguir buscando la salida, la senda de las vacas me ayudará, y por fin me saca justo en la curva donde tengo aparcado el coche.

Magnífica ruta que sin duda, con alguna posible variante, repetiré con mis compañeros.

Ruta en Wikiloc

PD: casualmente me acabo de topar con una crónica del compañero de blog Alakan que podría completar esta que aquí suscribo. Aprovechémoslo!

15 de mayo de 2013

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en 5 días

Un plan rápido: puente de mayo. Cinco días para volver al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Ya conocido en 2006, nunca es mal momento para volver, y en esta ocasión la primavera era un aliciente para conocer Ordesa desde otro punto de vista: valles aún nevados (menudo año de nieves! Cuatro días antes cayó una nueva nevada) que nos impediría acceder a las fajas. Aún así la estampa prometía ser espectacular.
Una recogida casa en Viú - Linas de Broto, nos dio cobijo barato durante estos días. Ordesa requiere tiempo y esfuerzo, si lo quieres conocer necesitas caminar, pero también km de coche por carreteras sinuosas. Así pues, en casa lo justito.DSC_0371

Día 1: tras 5 horas de viaje lo mejor para relajar el cuerpo es acercarse a Torla a visitar el Centro de Visitantes del Parque, que aunque parece que no, está abierto. Allí os podéis informar del estado de los senderos, aunque para eso mejor acudir al centro de información de cada uno de los valles. Esta información más general os permitirá acercaros a la realidad del Parque, cuatro valles unidos bajo el Monte Perdido, el más alto macizo calcáreo de Europa.

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Una vez ubicados se puede uno acercar hasta la pradera de Ordesa para ver cómo está el mayor de los valles que forman el Parque Nacional, y estirar las piernas en un corto paseo entre los dos puentes sobre el río Arazas, mientras sueñas con ascender por la Senda de los Cazadores, hoy cerrada para ti.

Con calma también podrás distinguir el Gallinero, el Tozal del Mallo, la faja Racun y el imponente Circo de Cotatuero. De regreso a Torla merece la pena pasear por sus turísticas calles y meterse en algún callejón empedrado.

Día 2: un buen madrugón para dirigirnos hacia Escuaín bien por la nacional que te lleva a Ainsa, bien por la serpenteante carretera que se cruza con el cañón de Añisclo. En cualquier caso en Escalona nos dirigiremos por una tranquila carretera hacia uno de los valles más tranquilos del Parque: la Garganta de Escuaín. DSCF2374_

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Desde el pueblo podremos hacer varios recorridos por los diferentes miradores, pero en este casa hemos venido hasta aquí tan pronto para buscar a uno de los emblemas del Parque:  el quebrantahuesos, que surca los cielos de esta tranquila garganta. En seguida vemos a un joven y a un subadulto. Avanzando por la pista que va hacia el Puente de los Mallos nos cruzamos con un par de parejas de individuos. También comienzan a entrar buitres y algún alimoche, y con la ayuda del telescopio podemos distinguir al Águila Real oteando su territorio desde las altas cumbres.

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Satisfechos y alguno excitado completamos la ruta con la visita del Puente de los Mallos sobre un canal horadado en la roca a casi 50 m de profundidad, impresionante.
Tras el refrigerio oportuno y viendo que comer por esta zona de Huesca excede los 15 € dejamos pasar la lluvia refugiados con nuestro bocata. Entonces aparece Rafita, un onubense afincado prácticamente en Ordesa que se conoce muchos de sus rincones.

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Él nos lleva de nuevo a Añisclo, por la carretera de los miradores, mientras esperamos que el cielo se  despeje de nubes.
Un sol radiante nos anima la tarde en el cañón de Añisclo. Rafa nos presenta a Miguel, uno de los guardas del Parque, y recorremos una sencilla senda que baja hasta el río y te conduce a unos miradores. No hay tiempo para recorrer el cañón, el cual se puede recorrer hasta la Ripareta en 3 h, o hasta Font Blanca en 7. Momento de recordar el ratón de 2006 cuando desde las Cutas cruzamos Sierra Custodia para caer en Font Blanca bajar todo el cañón...30 km, ahí es nada.

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Día 3: hoy es el día del valle de Ordesa y llegar a Cola de Caballo. Sabiendo que la brutal Senda de los Cazadores y las fajas están cerradas, la única alternativa es recorrer el fondo del valle y remontar el Río Arazas en suave ascenso. El primer tramo, que conduce hasta las cascadas de la Cueva y del Estrecho está muy concurrido, pero a medida que seguimos ascendiendo quedamos menos gente,que no poca pues es sábado y el camino está concurrido.

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Antes de llegar a las Gradas de Soaso ya encontramos tramos con nieve, y poco a poco se va abriendo el gran valle glaciar para mostrarnos el Circo de Cola de Caballo, cabecera del Río Arazas. A derecha e izquierda le flanquean paredones insultantemente verticales por donde discurren las fajas y donde observamos campar a un grupo de sarrios (rebecos) y a una divertida pareja de marmotas juguetonas. Es seguro que el treparriscos también andará cerca, pero en esta ocasión no se muestra.DSCF2532_

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La ruta hasta la cascada de mil chorros de Cola de Caballo es sencilla, 9 km que salvan un desnivel de 600 m. Todo el mundo querrá comer delante de la cascada, pero el Circo es amplio y también hermoso, así que aprovechad el espacio. Por allí había escondido un geocaché, pero no encontramos en su momento el que nos daba las coordenadas finales, y había mucha gente por la zona, así que para otra vez será.DSCF2560_DSC_0327

Tras probar una sopita con el cozy-poty y las fotos de rigor nos disponemos a regresar por el mismo camino que habíamos traído, otros 9 km ahora en descenso para completar una ruta que se acaba haciendo algo larga al volver por el mismo camino, pero que es muy sencillita de realizar, con gratas recompensas a lo largo del camino, no sólo al final.DSCF2584_

Como acabamos pronto y está penado en este viaje tener ratos de asueto, propongo recorrer en coche la pista que da acceso al Valle de Bujaruelo, hasta el Refugio. La Guardería del Parque nos confirma que la pista está bien y que merece la pena, así que nos ponemos manos a ello. Justo al pasar la pértiga de entrada al Parque se gira a la derecha y se sube junto al río Ara por una pista cementada en los tramos más complicados. Ante el espectacular paisaje merece la pena reducir marcha y conducir despacio. Así llegaremos hasta el camping y en 9 km al Refugio de Bujaruelo, el cual cuenta con un mesón donde reponer líquidos y consultar los mapas que recordaba desde hace tiempo.

Lo dicho, merece la pena el desvío, aunque implique llegar tarde a Torla y acabar cenando en una pizzería regulera tomando un chicloso helado.

Día 4: el sector más alejado del Parque corresponde al Valle de Pineta, cuya entrada se realiza desde Bielsa, a unos 80 km pero a más de 1:15 h de Linás de Broto. Hoy de nuevo toca pues echar km, y el tramo hasta Fiscal causa estragos por el estado de la carretera. Luego es todo nacional ancha hasta Ainsa y los km pasan rápido. Bielsa es un pueblo pequeñito que creo poder confirmar no cuenta con un Balneario. El Valle de Pineta es enorme, y en su mayoría se encuentra fuera del Parque, no sé si es motivo o causa, pero la carretera recorre numerosos complejos turísticos que en ningún otro sector nos hayamos encontrado (Ordesa protegido desde hace más tiempo, Añisclo de difícil acceso y Escuaín dedicado a la ganadería). Llegamos hasta el aparcamiento del Parador y aquí empezaremos nuestra ruta.DSCF2631_DSCF2638_En estas fechas la subida hasta la Cascada del Cinca es comprometida ya que tiene derrumbamientos y la pasarela no está habilitada. Tampoco se encuentra abierta la Faja Tormosa, así que tan sólo nos queda la opción de subir por la pista forestal hasta cruzar el Cinca, pasar del desvío hacia el Balcón de Pineta (para otro día, de nuevo, cuándo podré llegar a Marboré…) y dirigir nuestros pasos hacia los Llanos de Lalarri, un pequeño valle glaciar colgado sobre el de Pineta, balcón desde el que buscar al Monte Perdido, que hoy esconde su pequeño glaciar, pero que presume mejor que en verano de su nombre, pues me cuesta mucho identificarlo.DSCF2650_DSC_0403Las vistas hacia el circo de Lalarri no desmerecen tampoco, rodeado de cascadas por todos lados, y las cumbres que nos separan de Francia. ¿Francia? pues podríamos acercarnos a Francia…DSCF2665_DSCF2669_DSC_0428DSCF2685_ Una comidita rica y caliente, a refrescar los pies y a intentar descruzar el río. Una fuerte bajada y estamos ya en el Parador Nacional. Tomamos el coche y nos dirigimos a cruzar al frontera francesa, rumbo, por ejemplo, a Saint-Lary-Soulan, el primer pueblo francés con entidad. Vistas imponentes del otro lado del túnel de Bielsa, pequeñas aldeas con edificios gunitados de cemento feísimos, y una estación de esquí francesa. Me quedo algo frío, pero la cerveza no es tan cara como pensaba. Venga, para Ainsa que mola más!

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Dicho y hecho, llegamos a Ainsa de noche y descubrimos un pueblo medieval iluminado precioso, en una noche primaveral deliciosa, pero con más hambre que ganas por descubrir sus rincones. Dejamos también la pizzería de Rafa para otra ocasión, buscamos una hamburguesa o algo así, y encontramos el  Albergue Mora de Nuei y su plato estrella, un bocata con premio y renombre, Añoranza de Ternasco, oh! Hebras de cordero lechal sobre cama de patatas panaderas y cebolla caramelizada, bañada en salsa y sobre una interesante barra de pan. Muuuuuuy rico! Pero el resto de platos de la carta no desmerecían, sin duda una gran elección para culminar un gran y completo día, pese al camino que nos queda aún por recorrer hasta casa.

Día 5: día de partida, pero les tenía reservada una sorpresa a mis estoicos amigos. Volveríamos a Nerín, y de allí tomaríamos la pista que sube hasta Cuello Arenas que ya de por sí te da una perspectiva preciosa del macizo de Ordesa. Era el último día que la pista estaba abierta, pues en verano solo se puede subir en Bus, así que estamos de suerte. A pesar de que nos advierten que desde arriba es preferible caminar con raquetas decidimos probar suerte sin ellas, acostumbrados que estamos ya a hundirnos por la vida nevada.

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Dirigimos nuestros pasos con cuidado hacia Cuello Gordo. La nieve empieza a estar ya blanda y te puedes hundir hasta la rodilla. Cuesta un poco pero llegamos hasta Cuello Gordo, mientras vemos a esquiadores y raqueteros descender de los picos de Sierra Custodia con un progresar más grácil. Pero la recompensa está cerca, y cuando vuelve a aflorar la roca nos encontramos sobre el mismísimo valle de Ordesa, justo por encima de las Gradas de Soaso, y con una panorámica alucinante. Justo en frente nuestra Punta Tobacor, a la derecha el Cilindro de Marboré, Monte Perdido y Soum de Ramond, y más a la derecha las Tres Marías.

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Quedaba lo más duro, despedirse de esta estampa nevada, impresionante, majestuosa, y recorrer a duras penas el tramo que nos quedaba hasta el coche, con la nieve demasiado blanda para mi peso, y yo de nuevo sin raquetas!! Pero más costoso aún es dejar atrás estos valles, volver a la meseta y a nuestras rutinas diarias.DSC_0509

Prometemos volver, prometemos recorrer de nuevo sus sendas y algunas más. Ordesa bien merece la pena!

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15 de enero de 2013

Consejos para viajar a Patagonia

Argentina nos guste o no es un destino turístico gracias a sus maravillas naturales. Ha sido y es un país con desequilibrios económicos y ha apostado por  sacar tajada de sus Parques Nacionales, que en ocasiones uno no sabe sí los ha creado para protegerlos o para cobrarlos.
Esperaba encontrarme un país barato, en el que su moneda sé devaluó muchísimo, pero me he encontrado precios similares o superiores a los españoles. Quizá no sea caro, pero mucho más caro que hace unos años, y esa es la referencia que traíamos. Sí piensas en informarte para viajar a este país busca guías actualizadas, la Lonely Planet Argentina y Uruguay de 2010 nos ha fallado, está muy desactualizada en cuanto a precios (bien es cierto que ellos lo avisan).
Si Argentina es cara y muy turística aún lo es más la Patagonia. Y no digamos sí elegimos para visitarla la temporada alta: mediados de diciembre a mediados de febrero. Recomendaría pues viajar fuera de estas fechas. Con el riesgo de que haga peor tiempo, sí vas antes de temporada alta Península de Valdés no te la puedes saltar, ya que podrás disfrutar de la ballena franca y avistar orcas, que en temporada alta no hay. Si te permites perder ese espectáculo y te gusta más el monte, marzo es tu mes. Aún los días tienen suficiente luz, no hará tanto frío y el otoño cubrirá de miles de colores las faldas de las montañas o los fondos de los valles. En la Patagonia predominan las especies de Nothofagus, como un haya pequeña con los mismos colores que en nuestras latitudes, y acá las hay a miles. Debe ser hermoso, creo que no habrá pasado día que no lo haya pensado y dicho.
Por otro lado dicen que en la zona de Chalten la primavera cuenta con más estabilidad meteorológica que en verano, así que posiblemente tengas más oportunidades de ver las cimas de sus carismaticos picos, y te encontrarás con menos gente en el camino.
Sí apuras mucho para ver un otoño perfecto quizá te puedas encontrar con las primeras nieves de la temporada. Entonces Ushuaia ha de ser tu destino, ya que cuenta con infraestructura y condiciones idoneas de terreno.
El inconveniente de estar fuera de temporada es que quizá te encuentres con peor tiempo, pero el verano no te asegura días despejados tampoco. Hay que reservar días para esos imprevistos.
Si quieres ver muchos sitios te vas a tener que condicionar a usar aviones y compatibilizarlos lleva tiempo. Si estas dispuesto a conducir la zona de Calafate, Chalten está muy bien comunicada con carretera recién asfaltada. Más al norte te encontrarás con carreteras de ripio donde conducir es más tedioso, pero te darán acceso a Parques Nacionales con menos presión turística (Perito Moreno por ejemplo, no confundir con el glaciar).
Si el presupuesto es muy ajustado y te quieres centrar en la Patagonia, subir hasta Iguazú te llevara bastante dinero y tiempo en aviones. Si tienes pensado volver y recorrer la zona norte de Argentina lo dejaría para esa ocasión. Si no vas a volver no te puedes perder descubrir las cataratas, pero con el lado argentino puede ser suficiente ya que el paso de fronteras y pagar dos veces por entrar al parque en mi opinión no merece la pena para las vistas del sendero brasileño. Recomendaría ir dos días al lado argentino (la entrada para el segundo día tiene una rebaja del 50%) y recorrerlo a tu aire pues lo que ofrece un guía turístico no es más de lo que puedes obtener con algo de información previa. Sólo tienes que organizarte el desplazamiento hasta el parque, a unos km del pueblo.

En cuanto a alojamientos, hay una oferta suficientemente amplia como para poder ajustar el presupuesto cumpliendo nuestras exigencias.
En Ushuaia buscar algo barato te puede salir caro en desplazamientos ya que la ciudad es grande y recorrerla a pie no es muy agradable. Lo que ahorres te lo gastas en taxis.
En Calafate los hoteles más alejados tienen servicios de transporte hasta el centro por lo que no hay tanta limitación como en Ushuaia.
En Chalten hay hosterias muy agradables, también hay mucha oferta para un pueblo pequeño como es, pero yo recomendaría mochila y tienda de campaña en alguno de los campamentos avanzados. Será una bonita experiencia donde seguro se respira montañismo y buen rollo por todas partes, y te dará mejor acceso a más rutas.
Como he dicho, si tienes tiempo.y ánimo buscaría por mi cuenta y no acudiria a ninguna agencia de viajes, donde al final te van a colar algo que no esperas o que no quieres. La borágine del negocio turístico te puede absorber fácilmente y acabar pagando por absolutamente todo. En mi opinión no es necesario, pero supone un esfuerzo salirse de ahí.
Las actividades imprescindibles son: navegar por el Canal de Beagle, visitar las pasarelas del glaciar Perito Moreno y caminar por encima suyo. Visitar el resto de glaciares intentaria mirar sí alguno te deja desembarcar y patear cerca del Upsala o Spegazzini. Si no, esta navegación la considero también necesaria, aunque en un catamaran pequeño (misma recomendación para el Beagle, si puede ser el velero). El resto de actividades serían patear y recorrer los parques a nuestro aire, teniendo en cuenta claro, que salvo en Chalten, te harán pagar por ello precios más caros cuanto más al norte estés.
En cuanto a comida, se come bastante bien en Argentina y si buscas buenos precios y ofertas del día comes variado por un modico precio. Las parrillas más elegantes no siempre son las mejores, pero las que tienen gente son las que mejor género manejan y en mejor condición tienen el fuego (listo para tu carnaza). A veces una completa parrilla no es mejor que un trozo noble de carne, selecciona. La influencia italiana a hecho que las pizzas sean buenas y un recurso económico para compartir, quizá mejor que los platos de pasta donde la salsa sé suele pagar a parte. Los restaurantes de tenedor libre (buffet) suelen defraudar. Los supermercados son escasos, pero nunca te faltaran empanadas para tus viandas, alfajores que aporten esas kcal gastadas en patear y helados que te endulcen la tarde. Si encontrais puestos de choripanes no paseis de largo, riquísimos y baratos, así como los bocadillos de lomito.

Si yo volviera a hacer este viaje por primera vez escogeria otoño, bajar hasta Ushuaia y recorrer en coche al menos la zona de Torres del Paine, Parque Nacional de los Glaciares y algún parque más arriba. Me echaría el saco de dormir y una buena tienda de campaña. Algún albergue quizá caería pero camping en Torres del Paine y Chaltén-Poincenot seguro. Me temo que saldría bastante más barato y sería más feliz. Me alimentaria a base de empanadas choripanes alfajores pizzas y de vez en cuando carnaza buena. Con ganas y con gente que te apoye sería estupendo, aún somos jóvenes y no podemos estar haciendo con 30 años viajes de jubilados.

Espero que si alguno cae por aquí mis recomendaciones les sirvan, ya me contareis, y si hay dudas ,a preguntar.

13 de enero de 2013

Puerto Iguazú - Cataratas de Iguazú

Las Cataratas de Iguazú son una de las 7 maravillas naturales del mundo. Las forma el río Iguazú poco antes de juntarse con el Paraná. Forma frontera geográfica entre Argentina y Brasil, y el Paraná también las separa de Paraguay.
Las cataratas pues se asientan en dos países, mayoritariamente comprendida en el Parque Nacional de Iguazú en el lado Argentino, y en menor proporción en el Parque Nacional do Iguaçu en el lado brasileño.
Desde el lado argentino las vistas son fundamentalmente cercanas a las cataratas , bien a través del sendero superior, que recorre por el borde los saltos, bien a través del sendero inferior, que más corto circula cerca de donde rompen las diferentes cascadas en su base. Aunque el lado argentino también tiene vistas panorámicas excelentes, por la distribución, el lado brasileño se caracteriza por tener buenas vistas panorámicas.
Una vez vistas no sabría recomendar cuál ver primero, aunque recomiendan las brasileñas para hacerte una idea, yo hasta me dejaría dos días en el lado argentino y olvidaría el brasileño por cuestión de aprovechar el tiempo y el dinero: el segundo día en Argentina sale al 50%, y para Brasil hay que pasar aduanas.
La entrada al parque cuesta 130 pesos (unos 20 €) e incluye el transporte en tren que te lleva a visitar la Garganta del Diablo, el salto superior.
No sé si bueno o malo, empezamos la visita por ahí y sin mucha más información. Cuando cruzamos el primer curso del Iguazú ya estábamos alucinando por el color ocre de su agua. Cuando íbamos por el quinto curso alucinabamos por la cantidad ingente de agua, y veníamos sobre nosotros ya una nube vaporosa.
Cuando por fin aprecias, 1 km después, la potencia de la Cascada del Diablo te vuelves pequeño, tú y las decenas de turistas que se agolpan en la barandilla de la pasarela para sacarse la foto. Una cantidad desproporcionada de agua se precipita 40 m al vacío. El spray de agua surge a bocanadas del fondo de la cascadas y nos empapa por momentos. Te quedas absorto contemplando la magnitud de este acontecimiento, y extrañamente piensas que hasta para suicidarse hay que tener suerte, pues comentamos que hay gente que se lanza al río aguas arriba para despedir su vida en esta caída.
Fue el momento de volver a tomar el tren y recorrer el paseo superior. Desde aquí se obtienen al principio buenas panorámicas. Son más de 2,5 km desde la última de las cascadas hasta el Salto del Diablo que se considera la primera.
A través del recorrido se atraviesan B.      , las gemelas Adan y Eva y San.    Todas ellas muy espectaculares porque las recorres casi colgado sobre su caída, casi en el mismo borde.
Desde lo alto se puede apreciar la actividad erosiva del agua, socavando el lecho de la pared. La catarata se firma por una discontinuidad geológica, una diferenciación de estratos: uno duro, de basalto, que forma la parte superior y pared de las cascadas; y otro más blando, sedimentario, que es el que conforma la base de las cataratas, junto con los bloques de basalto que van cayendo de las paredes al descalzar el agua su base. De esta forma las cascadas van retrocediendo y las cataratas se van abriendo como una cremallera. También podemos ver la Isla San Martín, coformada por un estrato sedimentario más duro, que resiste en medio de todas las cascadas, dibujando un 3 si vemos las cataratas desde aire.
Durante la visita no tenemos mucha suerte, y a parte de las mariposas enormes, no vemos nada más que los hambrientos coaties, que no dudan en robar la comida de los turistas más confiados e inocentes.
El paseo inferior primeramente desciende cruzando alguna cascada, luego te permite ver alguna vista panorámica desde abajo, y acaba bajo la cascada de B.    que te empapa por completo.
Para los que no tengan suficiente remojón existe la opción, por 300 pesos (50 €) de coger una lancha (gomón) que te lleva debajo de las cascadas para empapartea base de bien (reparten bolsas estancas pata el equipaje, y chalecos robustos). Luego te lleva río abajo disfrutando del cañón del Iguazú hasta un embarcadero, donde desciendespata tomar un camión 4x4 que te conduce a través de la selva hasta la salida del parque. Desde él se pueden apreciar algunos de lista frutos de las innumerables especies de árboles que forman esta selva subtropical de bosque atlántico. Además nos cruzamos con telarañas doradas y con sus creadoras. Al lagarto overo sólo pude verle la cola, y al gigante árbol palo rosa aciertas a distinguir la parte superior.
Tuvimos tiempo para visitar el Centro de Interpretación, lo cuál es interesante hacer antes de la visita. Merece la pena pues te cuenta la formación de las cataratas y los pobladores de la selva y sus estrategias para sobrevivir en este ecosistema tan diverso. Los primeros descubridores, lista guaranis, también tienen presencia en el Centro, así como los misioneros que vinieron a evangelizar a lista nativos.
El parque a las 17 h cierra por seguridad, dicen, para dejar tranquilos a los animales y porque la selva esconde jaguares y pumas entre otros.
El lado brasileño como digo no merece tanto la pena, aunque cuenta con espectaculares panoramicas, y una pasarela final frente al Salto del Diablo que quita la respiración. De estas panoramicas nos llevamos un dato: aguas arriba la anchura del río es de 1,5 km con una profundidad de entre 1-1,5 m, mientras que pasado el salto en varios escalones de 40 m, la anchura de las aguas es de unísono 90 m y la profundidad de hasta 40 m. Por cierto, que el color ocre de las aguas es debido a los sedimentos que arrastra el agua por las lluvias de los últimos días, por fotos que hemos visto se suelen ver más claras, pero esto también le dota de espectacularidad. También decir que hay una presa aguas arriba, Itaipu, que le quita muchos sedimentos al río.

10 de enero de 2013

El Chaltén - Parque Nacional de los Glaciares (Norte)

Al norte de El Calafate, pasado el Lago Argentino y el Lago Viedma, nos encontramos con el pequeño pueblo de El Chaltén. Asentado recientemente (1984) en el valle donde confluyen los ríos Fitz Roy y Río de las Vueltas, es denominado la capital nacional del trekking gracias a su posición estratégica ante las importantes montañas de este lado de los Andes.

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De hecho, la creación de este pequeño pueblo de apenas 1.000 habitantes se debe a los primeros campamentos que atacaron las cimas cercanas de Fitz  Roy y Cerro Torre. Hoy es un lugar de turismo diferente al que nos venimos encontrando, más joven, más alternativo, donde los restaurantes preparan tanto comidas gourmet como viandas rápidas para llevar, los vegetales le ganan la partida a la carne, y el pollo a la ternera. El pueblo es un bullicio a primera hora del día cuando los caminantes salen a la montaña, y a la tarde cuando están de regreso. Plagado de pequeños hoteles, hosterías y albergues es lugar de residencia temporal de extranjeros. Se ve que los nacionales, y los más jóvenes, optan por los numerosos campings y campamentos que hay hacia las montañas, cargados con sus macutos (maldita envidia).

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Lo primero que hace el autobús antes de cruzar el río para entrar al pueblo es parar en el Centro de Visitantes, donde nos explican el cuidado que tenemos que tener en la montaña. Llama la atención lo concienciados, y así lo hemos podido sentir, que están con la limpieza del parque: ni un residuo, apenas algún papel que seguro recogerá más temprano que tarde un guarda; el agua es potable en toda la red hídrica del parque gracias a la insistencia de cuidar los cauces y su pureza, no limpiando ropa ni usando el baño gratuito a menos de 100 m de cualquier masa de agua. Existen letrinas en cualquier campamento y punto de acumulación de visitantes, aunque tienen menos caché que las de Nueva Zelanda.

Otra precaución que nos llamó la atención es sobre la fauna. Aquí habita el puma, y es relativamente fácil cruzarse con uno de ellos, sobre todo al amanecer y al atardecer. Son peligrosos, aunque tomando precauciones (mantenerse erguido, sin darle la espalda ni huir, parecer grande y dar voces y aspavientos) no existirá ningún problema. Otro habitante especial del parque es el huemul, un corpulento cérvido de tupido pelaje que recorre las montañas y valles patagónicos. El enemigo del huemul en el parque son los perros que pueden entrar desde el pueblo, o las mascotas de los visitantes, por lo que está prohibido entrar con ellos.

En el parque también te advierten de que si no has venido a caminar te has equivocado de sitio, y te recuerdan que caminar es gratis. Por fin! Así que toca poner en marcha la maquinaria de la planificación de rutas. Hay dos rutas principales en el parque: la Senda a la Laguna Torre, y la Senda a la Laguna de Los Tres. Ambas sendas se aproximan a la base de Cerro Torre y el Cordón de Fitz Roy, referencias indiscutibles en el parque.

Estas montañas son intrusiones magmáticas en medio de sedimentos marinos, que por la acción de la erosión, principalmente del hielo, quedaron al descubierto hace 20.000 años. Son muy jóvenes, muy grandes, muy verticales, muy expuestas, y tan difíciles de escalar como difíciles de ver con un día despejado.

Paradigma del andinismo que combina trekking, glaciarismo y escalada en roca, estas montañas llevan historia en su nombre:

  • Cordón de Cerro Torre:
    • Cerro Torre (3.128 m): fue Francisco Moreno el que al ver por primera vez este pico dijo que más se parecía a una torre que a una montaña, y con tal nombre se quedó.
    • Egger: Toni Egger, junto con Maestri realizaron uno de los primeros intentos de hollar su cumbre (el primero fue el gran Walter Bonatti). Egger murió en el descenso, y a su compañero Maestri no le reconocieron la cumbre por falta de pruebas, dando lugar a mucha controversia, que acabó con el sorprendente hecho de un nuevo ataque a cumbre portando un compresor de 200 kg para perforar la roca y colocar los clavos.

Además alrededor podemos distinguir un imponente y, a mi parecer, menospreciado macizo, que es el Cerro Solo, con su boina de nieve, con Las Adelas de fondo y el Cerro Grande. Bajo esta imponente cuerda encontramos el glaciar D’Agostini, que se junta con el glaciar Torre poco antes del actual frente del glaciar. Bajo éste la Laguna Torre contenida por jóvenes morrenas terminales y cordones de más antiguas morrenas de avance. La laguna desagua por el río Fitz Roy, en su característico viaje errante de arroyos entrecruzados primero y un encajonamientos después donde le aporta agua la Cascada Margarita.

  • Cordón de Fitz Roy
    • Fitz Roy: fue el capitán inglés del Beagle que recorrió por vez primera las costas Patagónicas y de Tierra del Fuego. El nombre original que le daban los nativos tehuelches era “Chaltén” la montaña humenante, ya que hasta finales del siglo XIX se creía que esta montaña se trataba de un volcán, ya que siempre estaba cubierta de humo. Hoy en día sigue cubierta de vapores de agua, de los vientos cargados de humedad del Pacífico, que chocan con esta mole de roca y ascienden bruscamente.
    • Poincenot: compañero de viaje de Fitz Roy, y guardaespaldas de su pico. Es el primero en despejarse si el día acompaña.

Bajo la aguja del Fitz Roy se encuentra la Laguna Sucia, y un poco más arriba, bajo la conocida Silla, la Laguna de Los Tres. El glaciar Torre bordea por el noroeste el cordón de cimas hasta el circo del Torre, mientras el glaciar Piedras Blancas, al este de Fitz Roy se muestra desde el campamento Poincenot, como un caos de hielo a punto de desmoronarse desde el escalón de roca que lo sustenta.

La Guardería del Parque recomienda comenzar las rutas a eso de las 9 para estar de regreso sobre las 17-18 horas, contando con un colchón de horas de luz por si surge cualquier inconveniente.

  • Senda Laguna Torre

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Sale del centro de Chaltén, y asciende en sus primeros km los 250 m de desnivel con que cuenta. Se asoma al mirador de la Cascada Margarita, y la subida acaba en el Mirador del Torre, donde ya empezaremos a saber si nuestra excursión tendrá final feliz o no.

10-DSCF1098_La senda prosigue entre bosques de lengas y ñires y bordea una pradera de inundación. Tras atravesar de nuevo por un bosque tupido de lengas que nos protegerán del viento, nos desemboca en el río Fitz Roy y bordeará una de las morrenas de avance. Superando la actual morrena terminal obtendremos las fructuosas vistas del Cerro Torre, o nos conformaremos con apreciar la Laguna Torre y el frente del Glaciar Torre. Si el día acompaña y no hay mucho viento se puede seguir hasta el Mirador Maestri, para apreciar mejor el espectáculo de la verticalidad hecho roca. Nosotros no tuvimos suerte, y el Cerro Torre no le pudimos ver. Sí, en un segundo intento pudimos apreciar mejor el cordón del Torre, con el Cerro Grande, las Adelas y la base de las agujas.

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La senda hasta el Mirador es de 11 km ida, pero se recorren muy bien ya que te quitas todo el desnivel positivo en los primeros km, luego es bastante llano, por lo que estaría al alcance de cualquiera en una intensa mañana.

La senda sale del norte de Chaltén y, como la anterior, supera unos 300 m de desnivel en los primeros km, otorgando bellas panorámicas sobre el Río de Las Vueltas. Cruzando bosques de lengas acaba llegando a una bifurcación. Nosotros tomamos la que conduce a la Laguna Capri, desde donde pudimos observar cómo se comenzaba a despejar todo el Cordón del Fitz Roy. La ruta sigue sorteando los montes que nos separan del Fitz Roy hasta el campamento Poincenot, donde se agolpan lo que quieren ver y escalar esta montaña. La ruta ahora ascendería bruscamente hasta la Laguna de Los Tres, salvando un desnivel de 400 m, y teniendo vistas más cercanas pero menos panorámicas del Fitz Roy, y pudiendo divisar desde lo alto la Laguna Sucia.

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Nosotros apostamos por intentar ver de nuevo el Cerro Torre, ya que salió un día en el que el cielo se iba despejando poco a poco. Para conectar ambas sendas hay que recorrer la ruta que bordea la Laguna Madre e Hija, dirección suroeste. Acabará en un bonito descenso atravesando un tupido bosque de lengas.

La senda hasta la Laguna de Los Tres es más exigente que la de Cerro Torre, consta de 25 km, pero si se prescinde de la última subida queda una ruta más corta de de desnivel asequible para cualquiera. Incomprensiblemente, conectando ambas sendas nos salió una ruta de tan solo 24 km, así que tendré que revisar el track con tranquilidad.

  • Otras rutas que se recomiendan desde el Parque es visitar el glaciar Piedras Blancas y la Piedra del Fraile, que saldrían desde el campamento Poincenot. Esta ruta también se puede recorrer y conectar con la del Fitz Roy en sentido contrario si tomamos un autobús que nos lleve hasta la Hostería La Real.
  • Una senda con mayor desnivel (1.000 m) pero que nos concede la oportunidad de ver los dos macizos a la vez es la que asciende hasta la Loma del Pliegue Tumbado. Fue una de nuestras opciones al contar con sólo un día bueno, pero al ver que no estaba despejado evitamos pegarnos la paliza para que luego no pudiéramos ver las montañas (como al final ocurrió). Pero si el día es despejado tiene muy buena pinta.
  • La Laguna Toro es una caminata exigente de un par de días para la cual es necesario inscribirse o registrarse en el Centro de Visitantes.
  • Otras sendas más cortas nos permitirán aproximarnos a la realidad del pueblo y darnos una visión general de la zona: el Mirador de los Cóndores da una panorámica interesante de El Chaltén y los ríos Fitz Roy y de Las vueltas. El Mirador de Las Águilas, mira hacia el Lago Viedma y los montes frente a Chaltén.
  • La ruta del Chorrillo del Salto es una pequeña senda que va primero por la pista de tierra que conduce al Lago Eléctrico, y después en paralelo. El Chorrillo del Salto es una bonita cascada que baja desde la Laguna de los Patos, contigua a la Laguna Capri. Como es de 4 km la combinamos con la absurda Senda Ciclista que discurre por el valle del Río de las Vueltas y te expone a los fuertes vientos que por allí circulan.

Imagino que habrá multitud de senderos para recorrer, pero las sendas que recomienda el Parque creo que se quedan cortas para autodenominarse la Capital Nacional del Trekking. Lo más interesante debe ser pernoctar en campamento Poincenot y tener a tiro de piedra Fitz Roy por la Laguna de Los Tres, el Cerro Torre a través de las Lagunas Madre e Hija, el Glaciar Piedras Blancas y Piedra del Fraile.

Debe ser espectacular poder acceder al Hielo Patagónico Continental, y en el Centro de Visitantes pudimos observar las expediciones registradas en él, por una duración de hasta un mes. Lo que no concebimos es estar allí arriba todo el día con nubes como hemos podido apreciar nosotros desde el valle. Por cierto, muy recomendable la visita tranquila del Centro de Visitante, con una exposición sobre sus dos grandes joyas y la historia que atesoran, así como detalles curiosos sobre la escalada.

Espectacular la parte norte del Parque Nacional de los Glaciares, y gratis. El problema son las nubes que frecuentemente cubren las montañas, mientras, curiosamente, el sol brilla en el valle. Le dedicaría unos días más cambiando el lugar y forma de hospedaje