10 de enero de 2013

El Chaltén - Parque Nacional de los Glaciares (Norte)

Al norte de El Calafate, pasado el Lago Argentino y el Lago Viedma, nos encontramos con el pequeño pueblo de El Chaltén. Asentado recientemente (1984) en el valle donde confluyen los ríos Fitz Roy y Río de las Vueltas, es denominado la capital nacional del trekking gracias a su posición estratégica ante las importantes montañas de este lado de los Andes.

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De hecho, la creación de este pequeño pueblo de apenas 1.000 habitantes se debe a los primeros campamentos que atacaron las cimas cercanas de Fitz  Roy y Cerro Torre. Hoy es un lugar de turismo diferente al que nos venimos encontrando, más joven, más alternativo, donde los restaurantes preparan tanto comidas gourmet como viandas rápidas para llevar, los vegetales le ganan la partida a la carne, y el pollo a la ternera. El pueblo es un bullicio a primera hora del día cuando los caminantes salen a la montaña, y a la tarde cuando están de regreso. Plagado de pequeños hoteles, hosterías y albergues es lugar de residencia temporal de extranjeros. Se ve que los nacionales, y los más jóvenes, optan por los numerosos campings y campamentos que hay hacia las montañas, cargados con sus macutos (maldita envidia).

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Lo primero que hace el autobús antes de cruzar el río para entrar al pueblo es parar en el Centro de Visitantes, donde nos explican el cuidado que tenemos que tener en la montaña. Llama la atención lo concienciados, y así lo hemos podido sentir, que están con la limpieza del parque: ni un residuo, apenas algún papel que seguro recogerá más temprano que tarde un guarda; el agua es potable en toda la red hídrica del parque gracias a la insistencia de cuidar los cauces y su pureza, no limpiando ropa ni usando el baño gratuito a menos de 100 m de cualquier masa de agua. Existen letrinas en cualquier campamento y punto de acumulación de visitantes, aunque tienen menos caché que las de Nueva Zelanda.

Otra precaución que nos llamó la atención es sobre la fauna. Aquí habita el puma, y es relativamente fácil cruzarse con uno de ellos, sobre todo al amanecer y al atardecer. Son peligrosos, aunque tomando precauciones (mantenerse erguido, sin darle la espalda ni huir, parecer grande y dar voces y aspavientos) no existirá ningún problema. Otro habitante especial del parque es el huemul, un corpulento cérvido de tupido pelaje que recorre las montañas y valles patagónicos. El enemigo del huemul en el parque son los perros que pueden entrar desde el pueblo, o las mascotas de los visitantes, por lo que está prohibido entrar con ellos.

En el parque también te advierten de que si no has venido a caminar te has equivocado de sitio, y te recuerdan que caminar es gratis. Por fin! Así que toca poner en marcha la maquinaria de la planificación de rutas. Hay dos rutas principales en el parque: la Senda a la Laguna Torre, y la Senda a la Laguna de Los Tres. Ambas sendas se aproximan a la base de Cerro Torre y el Cordón de Fitz Roy, referencias indiscutibles en el parque.

Estas montañas son intrusiones magmáticas en medio de sedimentos marinos, que por la acción de la erosión, principalmente del hielo, quedaron al descubierto hace 20.000 años. Son muy jóvenes, muy grandes, muy verticales, muy expuestas, y tan difíciles de escalar como difíciles de ver con un día despejado.

Paradigma del andinismo que combina trekking, glaciarismo y escalada en roca, estas montañas llevan historia en su nombre:

  • Cordón de Cerro Torre:
    • Cerro Torre (3.128 m): fue Francisco Moreno el que al ver por primera vez este pico dijo que más se parecía a una torre que a una montaña, y con tal nombre se quedó.
    • Egger: Toni Egger, junto con Maestri realizaron uno de los primeros intentos de hollar su cumbre (el primero fue el gran Walter Bonatti). Egger murió en el descenso, y a su compañero Maestri no le reconocieron la cumbre por falta de pruebas, dando lugar a mucha controversia, que acabó con el sorprendente hecho de un nuevo ataque a cumbre portando un compresor de 200 kg para perforar la roca y colocar los clavos.

Además alrededor podemos distinguir un imponente y, a mi parecer, menospreciado macizo, que es el Cerro Solo, con su boina de nieve, con Las Adelas de fondo y el Cerro Grande. Bajo esta imponente cuerda encontramos el glaciar D’Agostini, que se junta con el glaciar Torre poco antes del actual frente del glaciar. Bajo éste la Laguna Torre contenida por jóvenes morrenas terminales y cordones de más antiguas morrenas de avance. La laguna desagua por el río Fitz Roy, en su característico viaje errante de arroyos entrecruzados primero y un encajonamientos después donde le aporta agua la Cascada Margarita.

  • Cordón de Fitz Roy
    • Fitz Roy: fue el capitán inglés del Beagle que recorrió por vez primera las costas Patagónicas y de Tierra del Fuego. El nombre original que le daban los nativos tehuelches era “Chaltén” la montaña humenante, ya que hasta finales del siglo XIX se creía que esta montaña se trataba de un volcán, ya que siempre estaba cubierta de humo. Hoy en día sigue cubierta de vapores de agua, de los vientos cargados de humedad del Pacífico, que chocan con esta mole de roca y ascienden bruscamente.
    • Poincenot: compañero de viaje de Fitz Roy, y guardaespaldas de su pico. Es el primero en despejarse si el día acompaña.

Bajo la aguja del Fitz Roy se encuentra la Laguna Sucia, y un poco más arriba, bajo la conocida Silla, la Laguna de Los Tres. El glaciar Torre bordea por el noroeste el cordón de cimas hasta el circo del Torre, mientras el glaciar Piedras Blancas, al este de Fitz Roy se muestra desde el campamento Poincenot, como un caos de hielo a punto de desmoronarse desde el escalón de roca que lo sustenta.

La Guardería del Parque recomienda comenzar las rutas a eso de las 9 para estar de regreso sobre las 17-18 horas, contando con un colchón de horas de luz por si surge cualquier inconveniente.

  • Senda Laguna Torre

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Sale del centro de Chaltén, y asciende en sus primeros km los 250 m de desnivel con que cuenta. Se asoma al mirador de la Cascada Margarita, y la subida acaba en el Mirador del Torre, donde ya empezaremos a saber si nuestra excursión tendrá final feliz o no.

10-DSCF1098_La senda prosigue entre bosques de lengas y ñires y bordea una pradera de inundación. Tras atravesar de nuevo por un bosque tupido de lengas que nos protegerán del viento, nos desemboca en el río Fitz Roy y bordeará una de las morrenas de avance. Superando la actual morrena terminal obtendremos las fructuosas vistas del Cerro Torre, o nos conformaremos con apreciar la Laguna Torre y el frente del Glaciar Torre. Si el día acompaña y no hay mucho viento se puede seguir hasta el Mirador Maestri, para apreciar mejor el espectáculo de la verticalidad hecho roca. Nosotros no tuvimos suerte, y el Cerro Torre no le pudimos ver. Sí, en un segundo intento pudimos apreciar mejor el cordón del Torre, con el Cerro Grande, las Adelas y la base de las agujas.

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La senda hasta el Mirador es de 11 km ida, pero se recorren muy bien ya que te quitas todo el desnivel positivo en los primeros km, luego es bastante llano, por lo que estaría al alcance de cualquiera en una intensa mañana.

La senda sale del norte de Chaltén y, como la anterior, supera unos 300 m de desnivel en los primeros km, otorgando bellas panorámicas sobre el Río de Las Vueltas. Cruzando bosques de lengas acaba llegando a una bifurcación. Nosotros tomamos la que conduce a la Laguna Capri, desde donde pudimos observar cómo se comenzaba a despejar todo el Cordón del Fitz Roy. La ruta sigue sorteando los montes que nos separan del Fitz Roy hasta el campamento Poincenot, donde se agolpan lo que quieren ver y escalar esta montaña. La ruta ahora ascendería bruscamente hasta la Laguna de Los Tres, salvando un desnivel de 400 m, y teniendo vistas más cercanas pero menos panorámicas del Fitz Roy, y pudiendo divisar desde lo alto la Laguna Sucia.

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Nosotros apostamos por intentar ver de nuevo el Cerro Torre, ya que salió un día en el que el cielo se iba despejando poco a poco. Para conectar ambas sendas hay que recorrer la ruta que bordea la Laguna Madre e Hija, dirección suroeste. Acabará en un bonito descenso atravesando un tupido bosque de lengas.

La senda hasta la Laguna de Los Tres es más exigente que la de Cerro Torre, consta de 25 km, pero si se prescinde de la última subida queda una ruta más corta de de desnivel asequible para cualquiera. Incomprensiblemente, conectando ambas sendas nos salió una ruta de tan solo 24 km, así que tendré que revisar el track con tranquilidad.

  • Otras rutas que se recomiendan desde el Parque es visitar el glaciar Piedras Blancas y la Piedra del Fraile, que saldrían desde el campamento Poincenot. Esta ruta también se puede recorrer y conectar con la del Fitz Roy en sentido contrario si tomamos un autobús que nos lleve hasta la Hostería La Real.
  • Una senda con mayor desnivel (1.000 m) pero que nos concede la oportunidad de ver los dos macizos a la vez es la que asciende hasta la Loma del Pliegue Tumbado. Fue una de nuestras opciones al contar con sólo un día bueno, pero al ver que no estaba despejado evitamos pegarnos la paliza para que luego no pudiéramos ver las montañas (como al final ocurrió). Pero si el día es despejado tiene muy buena pinta.
  • La Laguna Toro es una caminata exigente de un par de días para la cual es necesario inscribirse o registrarse en el Centro de Visitantes.
  • Otras sendas más cortas nos permitirán aproximarnos a la realidad del pueblo y darnos una visión general de la zona: el Mirador de los Cóndores da una panorámica interesante de El Chaltén y los ríos Fitz Roy y de Las vueltas. El Mirador de Las Águilas, mira hacia el Lago Viedma y los montes frente a Chaltén.
  • La ruta del Chorrillo del Salto es una pequeña senda que va primero por la pista de tierra que conduce al Lago Eléctrico, y después en paralelo. El Chorrillo del Salto es una bonita cascada que baja desde la Laguna de los Patos, contigua a la Laguna Capri. Como es de 4 km la combinamos con la absurda Senda Ciclista que discurre por el valle del Río de las Vueltas y te expone a los fuertes vientos que por allí circulan.

Imagino que habrá multitud de senderos para recorrer, pero las sendas que recomienda el Parque creo que se quedan cortas para autodenominarse la Capital Nacional del Trekking. Lo más interesante debe ser pernoctar en campamento Poincenot y tener a tiro de piedra Fitz Roy por la Laguna de Los Tres, el Cerro Torre a través de las Lagunas Madre e Hija, el Glaciar Piedras Blancas y Piedra del Fraile.

Debe ser espectacular poder acceder al Hielo Patagónico Continental, y en el Centro de Visitantes pudimos observar las expediciones registradas en él, por una duración de hasta un mes. Lo que no concebimos es estar allí arriba todo el día con nubes como hemos podido apreciar nosotros desde el valle. Por cierto, muy recomendable la visita tranquila del Centro de Visitante, con una exposición sobre sus dos grandes joyas y la historia que atesoran, así como detalles curiosos sobre la escalada.

Espectacular la parte norte del Parque Nacional de los Glaciares, y gratis. El problema son las nubes que frecuentemente cubren las montañas, mientras, curiosamente, el sol brilla en el valle. Le dedicaría unos días más cambiando el lugar y forma de hospedaje

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