15 de mayo de 2013

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en 5 días

Un plan rápido: puente de mayo. Cinco días para volver al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Ya conocido en 2006, nunca es mal momento para volver, y en esta ocasión la primavera era un aliciente para conocer Ordesa desde otro punto de vista: valles aún nevados (menudo año de nieves! Cuatro días antes cayó una nueva nevada) que nos impediría acceder a las fajas. Aún así la estampa prometía ser espectacular.
Una recogida casa en Viú - Linas de Broto, nos dio cobijo barato durante estos días. Ordesa requiere tiempo y esfuerzo, si lo quieres conocer necesitas caminar, pero también km de coche por carreteras sinuosas. Así pues, en casa lo justito.DSC_0371

Día 1: tras 5 horas de viaje lo mejor para relajar el cuerpo es acercarse a Torla a visitar el Centro de Visitantes del Parque, que aunque parece que no, está abierto. Allí os podéis informar del estado de los senderos, aunque para eso mejor acudir al centro de información de cada uno de los valles. Esta información más general os permitirá acercaros a la realidad del Parque, cuatro valles unidos bajo el Monte Perdido, el más alto macizo calcáreo de Europa.

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Una vez ubicados se puede uno acercar hasta la pradera de Ordesa para ver cómo está el mayor de los valles que forman el Parque Nacional, y estirar las piernas en un corto paseo entre los dos puentes sobre el río Arazas, mientras sueñas con ascender por la Senda de los Cazadores, hoy cerrada para ti.

Con calma también podrás distinguir el Gallinero, el Tozal del Mallo, la faja Racun y el imponente Circo de Cotatuero. De regreso a Torla merece la pena pasear por sus turísticas calles y meterse en algún callejón empedrado.

Día 2: un buen madrugón para dirigirnos hacia Escuaín bien por la nacional que te lleva a Ainsa, bien por la serpenteante carretera que se cruza con el cañón de Añisclo. En cualquier caso en Escalona nos dirigiremos por una tranquila carretera hacia uno de los valles más tranquilos del Parque: la Garganta de Escuaín. DSCF2374_

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Desde el pueblo podremos hacer varios recorridos por los diferentes miradores, pero en este casa hemos venido hasta aquí tan pronto para buscar a uno de los emblemas del Parque:  el quebrantahuesos, que surca los cielos de esta tranquila garganta. En seguida vemos a un joven y a un subadulto. Avanzando por la pista que va hacia el Puente de los Mallos nos cruzamos con un par de parejas de individuos. También comienzan a entrar buitres y algún alimoche, y con la ayuda del telescopio podemos distinguir al Águila Real oteando su territorio desde las altas cumbres.

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Satisfechos y alguno excitado completamos la ruta con la visita del Puente de los Mallos sobre un canal horadado en la roca a casi 50 m de profundidad, impresionante.
Tras el refrigerio oportuno y viendo que comer por esta zona de Huesca excede los 15 € dejamos pasar la lluvia refugiados con nuestro bocata. Entonces aparece Rafita, un onubense afincado prácticamente en Ordesa que se conoce muchos de sus rincones.

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Él nos lleva de nuevo a Añisclo, por la carretera de los miradores, mientras esperamos que el cielo se  despeje de nubes.
Un sol radiante nos anima la tarde en el cañón de Añisclo. Rafa nos presenta a Miguel, uno de los guardas del Parque, y recorremos una sencilla senda que baja hasta el río y te conduce a unos miradores. No hay tiempo para recorrer el cañón, el cual se puede recorrer hasta la Ripareta en 3 h, o hasta Font Blanca en 7. Momento de recordar el ratón de 2006 cuando desde las Cutas cruzamos Sierra Custodia para caer en Font Blanca bajar todo el cañón...30 km, ahí es nada.

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Día 3: hoy es el día del valle de Ordesa y llegar a Cola de Caballo. Sabiendo que la brutal Senda de los Cazadores y las fajas están cerradas, la única alternativa es recorrer el fondo del valle y remontar el Río Arazas en suave ascenso. El primer tramo, que conduce hasta las cascadas de la Cueva y del Estrecho está muy concurrido, pero a medida que seguimos ascendiendo quedamos menos gente,que no poca pues es sábado y el camino está concurrido.

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Cascada de la CuevaDSCF2526_cascada del estrecho

Antes de llegar a las Gradas de Soaso ya encontramos tramos con nieve, y poco a poco se va abriendo el gran valle glaciar para mostrarnos el Circo de Cola de Caballo, cabecera del Río Arazas. A derecha e izquierda le flanquean paredones insultantemente verticales por donde discurren las fajas y donde observamos campar a un grupo de sarrios (rebecos) y a una divertida pareja de marmotas juguetonas. Es seguro que el treparriscos también andará cerca, pero en esta ocasión no se muestra.DSCF2532_

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La ruta hasta la cascada de mil chorros de Cola de Caballo es sencilla, 9 km que salvan un desnivel de 600 m. Todo el mundo querrá comer delante de la cascada, pero el Circo es amplio y también hermoso, así que aprovechad el espacio. Por allí había escondido un geocaché, pero no encontramos en su momento el que nos daba las coordenadas finales, y había mucha gente por la zona, así que para otra vez será.DSCF2560_DSC_0327

Tras probar una sopita con el cozy-poty y las fotos de rigor nos disponemos a regresar por el mismo camino que habíamos traído, otros 9 km ahora en descenso para completar una ruta que se acaba haciendo algo larga al volver por el mismo camino, pero que es muy sencillita de realizar, con gratas recompensas a lo largo del camino, no sólo al final.DSCF2584_

Como acabamos pronto y está penado en este viaje tener ratos de asueto, propongo recorrer en coche la pista que da acceso al Valle de Bujaruelo, hasta el Refugio. La Guardería del Parque nos confirma que la pista está bien y que merece la pena, así que nos ponemos manos a ello. Justo al pasar la pértiga de entrada al Parque se gira a la derecha y se sube junto al río Ara por una pista cementada en los tramos más complicados. Ante el espectacular paisaje merece la pena reducir marcha y conducir despacio. Así llegaremos hasta el camping y en 9 km al Refugio de Bujaruelo, el cual cuenta con un mesón donde reponer líquidos y consultar los mapas que recordaba desde hace tiempo.

Lo dicho, merece la pena el desvío, aunque implique llegar tarde a Torla y acabar cenando en una pizzería regulera tomando un chicloso helado.

Día 4: el sector más alejado del Parque corresponde al Valle de Pineta, cuya entrada se realiza desde Bielsa, a unos 80 km pero a más de 1:15 h de Linás de Broto. Hoy de nuevo toca pues echar km, y el tramo hasta Fiscal causa estragos por el estado de la carretera. Luego es todo nacional ancha hasta Ainsa y los km pasan rápido. Bielsa es un pueblo pequeñito que creo poder confirmar no cuenta con un Balneario. El Valle de Pineta es enorme, y en su mayoría se encuentra fuera del Parque, no sé si es motivo o causa, pero la carretera recorre numerosos complejos turísticos que en ningún otro sector nos hayamos encontrado (Ordesa protegido desde hace más tiempo, Añisclo de difícil acceso y Escuaín dedicado a la ganadería). Llegamos hasta el aparcamiento del Parador y aquí empezaremos nuestra ruta.DSCF2631_DSCF2638_En estas fechas la subida hasta la Cascada del Cinca es comprometida ya que tiene derrumbamientos y la pasarela no está habilitada. Tampoco se encuentra abierta la Faja Tormosa, así que tan sólo nos queda la opción de subir por la pista forestal hasta cruzar el Cinca, pasar del desvío hacia el Balcón de Pineta (para otro día, de nuevo, cuándo podré llegar a Marboré…) y dirigir nuestros pasos hacia los Llanos de Lalarri, un pequeño valle glaciar colgado sobre el de Pineta, balcón desde el que buscar al Monte Perdido, que hoy esconde su pequeño glaciar, pero que presume mejor que en verano de su nombre, pues me cuesta mucho identificarlo.DSCF2650_DSC_0403Las vistas hacia el circo de Lalarri no desmerecen tampoco, rodeado de cascadas por todos lados, y las cumbres que nos separan de Francia. ¿Francia? pues podríamos acercarnos a Francia…DSCF2665_DSCF2669_DSC_0428DSCF2685_ Una comidita rica y caliente, a refrescar los pies y a intentar descruzar el río. Una fuerte bajada y estamos ya en el Parador Nacional. Tomamos el coche y nos dirigimos a cruzar al frontera francesa, rumbo, por ejemplo, a Saint-Lary-Soulan, el primer pueblo francés con entidad. Vistas imponentes del otro lado del túnel de Bielsa, pequeñas aldeas con edificios gunitados de cemento feísimos, y una estación de esquí francesa. Me quedo algo frío, pero la cerveza no es tan cara como pensaba. Venga, para Ainsa que mola más!

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Dicho y hecho, llegamos a Ainsa de noche y descubrimos un pueblo medieval iluminado precioso, en una noche primaveral deliciosa, pero con más hambre que ganas por descubrir sus rincones. Dejamos también la pizzería de Rafa para otra ocasión, buscamos una hamburguesa o algo así, y encontramos el  Albergue Mora de Nuei y su plato estrella, un bocata con premio y renombre, Añoranza de Ternasco, oh! Hebras de cordero lechal sobre cama de patatas panaderas y cebolla caramelizada, bañada en salsa y sobre una interesante barra de pan. Muuuuuuy rico! Pero el resto de platos de la carta no desmerecían, sin duda una gran elección para culminar un gran y completo día, pese al camino que nos queda aún por recorrer hasta casa.

Día 5: día de partida, pero les tenía reservada una sorpresa a mis estoicos amigos. Volveríamos a Nerín, y de allí tomaríamos la pista que sube hasta Cuello Arenas que ya de por sí te da una perspectiva preciosa del macizo de Ordesa. Era el último día que la pista estaba abierta, pues en verano solo se puede subir en Bus, así que estamos de suerte. A pesar de que nos advierten que desde arriba es preferible caminar con raquetas decidimos probar suerte sin ellas, acostumbrados que estamos ya a hundirnos por la vida nevada.

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Dirigimos nuestros pasos con cuidado hacia Cuello Gordo. La nieve empieza a estar ya blanda y te puedes hundir hasta la rodilla. Cuesta un poco pero llegamos hasta Cuello Gordo, mientras vemos a esquiadores y raqueteros descender de los picos de Sierra Custodia con un progresar más grácil. Pero la recompensa está cerca, y cuando vuelve a aflorar la roca nos encontramos sobre el mismísimo valle de Ordesa, justo por encima de las Gradas de Soaso, y con una panorámica alucinante. Justo en frente nuestra Punta Tobacor, a la derecha el Cilindro de Marboré, Monte Perdido y Soum de Ramond, y más a la derecha las Tres Marías.

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Quedaba lo más duro, despedirse de esta estampa nevada, impresionante, majestuosa, y recorrer a duras penas el tramo que nos quedaba hasta el coche, con la nieve demasiado blanda para mi peso, y yo de nuevo sin raquetas!! Pero más costoso aún es dejar atrás estos valles, volver a la meseta y a nuestras rutinas diarias.DSC_0509

Prometemos volver, prometemos recorrer de nuevo sus sendas y algunas más. Ordesa bien merece la pena!

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