20 de febrero de 2011

Bola del Mundo - Loma del Noruego.

Pese al sueño y al madrugón, no podíamos desperdiciar la oportunidad de subir a la Sierra de Madrid tras una semana de nieves y un domingo con presumible sol. Así que planeamos ir a la zona más alta de la Sierra, donde asegurarnos de la nieve que se nos viene resistiendo este 2011. Hubo dudas, pero al final decidimos aguantar eso de las aglomeraciones y muchedumbres y tiramos para Cotos. La intención era recorrer la Loma del Noruego hasta Bola del Mundo y después Alto de Valdemartín y bajar por el otro lado de Valdesquí.

Suponíamos que subiría mucha gente a la Sierra este día, y por eso decidimos quedar prontito, a eso de las 9:15 en el aparcamiento de Cotos. Pero no fue suficiente. Patri, mi primo David y yo llegamos allí a eso de las 9:30, aparcamos el coche y un par de minutos después nos llama Dani diciendo que la Guardia Civil no le dejaba pasar al aparcamiento, y que el de Valdesquí estaba también cerrado. ¡No veas cómo madruga la gente!

Así que nos tocó hacer una reestructuración del plan. Dejamos un coche en Cotos y con el otro nos fuimos a Navacerrada. La alternativa al plan sería subir al alto de Guarramillas (Bola del Mundo) desde el Puerto de Navacerrada, y bajar por la Loma del Noruego.

ruta

Poco después de las 10 emprendemos la marcha con algo de frío (unos 4ºC) pero sensación térmica muy baja por el viento que hacía y por las nubes que estaban agarradas de este lado de la montaña (en Cotos estaba despejado y aquí había niebla). En seguida abandonamos el asfalto y cogemos el vial indicado para senderistas (a ver si la próxima vez recordamos que ésta es la PR-17, y la que sube en zig-zag es la PR-11, que viene indicada para esquiadores). Ya me atavío por completo con las raquetas pues hay mucha nieve. Sin embargo se progresa mal, la nieve está bastante dura y unos cientos de metros más adelante me las quito.

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Proseguimos en un ligero ascenso con gente por delante de nosotros, gente por detrás, gente por encima, gente con esquíes de fondo, más gente con raquetas… será un día de gente. Al rato realizamos un giro brusco hacia la izquierda y afrontamos la subida que se conoce como Ventisquero de la Estrada. Es de entender el nombre pues el viento azota desde el oeste cada vez más fuerte. Voy con las raquetas abriendo camino y “obligo” a mis compañeros y otra gente que viene por detrás a bajar un poco más del cordal para protegernos del viento y para que ande mejor con las raquetas. Pero la pendiente, en torno al 20 %, y la acumulación de nieve, nos fatiga, y la ventisca nos las hace pasar muy putas. Yo voy de medio lado por la caída que tiene la pendiente hacia la derecha (¡y qué caída!), por lo que se me resiente el tobillo. Al final lo mejor será volver al camino que hay más hacia el oeste.

Y por él vamos ascendiendo el ventisquero hasta enlazar con la pista de “cemento” por la que sube más gente. Se nota que nos vamos acercando al primer telesilla porque nos encontramos con esquiadores que bajan por la pista, pero es más la gente que sube, y unos cuantos con raquetas. Sigue habiendo bastante niebla pero vamos algo más protegidos del viento. Y así, se hacen hueco entre la niebla las antenas de televisión y radio de la Bola del Mundo (curioso nombre que proviene del programa que estrenó la televisión española en su primera y continuada emisión), ya son las 12 y nos hemos ganado unos frutos secos, galletitas y repuesto de sales (amigos!).

Continuamos la ruta bordeando la instalación de TV sobre el Ventisquero de la Condesa (desde donde surgen las primeras gotas de agua del Manzanares, que no lo sabía) y la niebla sigue cerrada, por lo que tenemos que hacer uso de nuestra orientación con el GPS para coger el cordal de la Loma del Noruego. Tras las primeras dudas y la incomodidad de ir sin ver nada por la niebla y por las gafas empañadas, cogemos el rumbo correcto, la PR-31, y en unos pocos minutos se empieza a despejar el cielo mostrándonos la parte superior de las pistas de Valdesquí. La Loma del Noruego discurre continuamente por el oeste de las pista de esquí, y es la separación física del Valle de Valsaín y el Valle del Lozoya. Las pistas de esquí se asientan, lamentablemente, sobre el Circo de Guarramillas, y aprovechamos que el cielo se despeja por completo para hacerle unas fotos tanto al circo, a nuestra derecha, como a la cara norte de el Alto de Guarramillas a nuestra izquierda.

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Una vez que recorremos la primera parte de la bajada con una pendiente media del 20 %, la inclinación se suaviza pero el espesor de nieve es cada vez mayor y más blando por lo que continuamente nos hundimos. Por fin le estoy sacando partido a las raquetas, pero no os creáis que es un camino de rosas. Bien es cierto que mis compañeros sufren mucho para avanzar: mi pobre primo se hunde continuamente y anda a trompicones, Dani se pone a cuatro patas para aumentar su superficie, y Patri avanza ligera aunque con tropiezos; pero yo de vez en cuando me hundo hasta la rodilla, y cuando esto ocurre la raqueta se desliza por debajo de la nieve, me desequilibrio y caigo para adelante con la pierna totalmente retorcida y el pie mirando para Cuenca. Y para incorporarme, un calvario peor que la experiencia de los esquíes. Menos mal que la caída solo ocurrió en un par de ocasiones, que sino para partirse una pierna.

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271, 5 imagenes, DSCN9185 - DSCN9191 - 5549x2032 - SCUL-Smartblend De este modo me quedo rezagado unos metros en los que camino solo con tiempo de meditar sobre la situación de la vida, y la de las pistas de esquí. Creo que casi todo (no me arriesgaré a decir todo, aunque podría) en esta vida necesita de un esfuerzo para vernos recompensados: tienes que hacer viajes algunos más largos que otros para llegar a un sitio, tienes que ascender por caminos y veredas para disfrutar de vistas indescriptibles, ascender en bici por sendas para disfrutar luego con las bajadas… y creo que las instalaciones de esquí (olvidando el impacto ambiental que implican) suponen eliminar ese factor de esfuerzo que hace que las cosas realmente valgan la pena. Te suben con el telesillas y te dejas caer disfrutando de la bajada.

276, 2 imagenes, DSCN9192 - DSCN9195 - 4680x1742 - CCUL-Smartblend No quiero ser un talibán de la montaña, pero creo que las cosas con esfuerzo siempre son bien recompensadas, las pistas de esquí tienen muchos motivos para que no me gusten, lo mismo que no me gustan las opiniones de gente que pide pistas de esquí para zonas rurales poco desarrolladas. El esquí de travesía es algo digno de mención y de admiración: sufrir en la montaña, disfrutar cada metro, recuperar en las bajadas, darlo todo en los ascensos… noble deporte.

279, 2 imagenes, DSCN9217 - DSCN9218 - 4463x2144 - CCUL-Smartblend Me uno a mis amigos, pero sufrimos mucho la bajada (sobre todo el primo), se nos hace interminable. Creíamos que hoy sí íbamos sobrados de tiempo, pero son ya las 14 h y nos queda un rato largo para llegar abajo. Las nubes empiezan a ser cada vez más negras sobre nuestras cabezas, pero llegamos a un tramo de pinar en el que la nieve es más dura y se puede proseguir algo más rápido, no mucho porque ahora el terreno pica para arriba.

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Finalmente comenzamos a oír el ruido de los coches y el murmullo de la gente. Estamos al lado del aparcamiento de Cotos y son más de las 15 h. Hemos tardado 2 horas en subir a Guarramillas y 3 horas en bajar la Loma del Noruego. Bien es cierto que el tramo de ascensión son 3,6 km y la bajada 5,5 km. La ruta un total de 500 m de ascensión (más de 600 acumulados), 5 horas para 9,5 km lineales, pero con muuuuuucha nieve.

Amigos, sois unos campeones, ¿os compráis unas raquetas?

El track de la ruta


Y no podían faltar las fotacas de Dani:

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