17 de junio de 2009

Tarde tormentosa

Sólo a mi se me ocurre, después de la paliza del domingo, salir en bici el martes. Pero como había dejado la bici en Rivas, pues a la salida del curro fui para allá, a echar un ojo a la huerta y de paso explorar algún camino que tenía quemado desde el Google Earth.

Bajé por el Pueblo de Rivas hasta el Soto de las Juntas. Ya pude observar cómo a lo lejos, sobre el cerro de Coberteras estaba descargando una tormenta, pero no me iba a pillar, lucía el sol y hacía buena temperatura.

Imagen306-Imagen307 - 1226x2526 - SCUL-SmartblendTenía ganas de explorar un camino que va desde la Depuradora de Rivas, en paralelo a la A-3, hasta la Cañada Real. Hice el tramo de carretera y me desvié por tal camino. En seguida llegué a un desvío que me acercaría a la salida 17 de la autovía. Crucé el cauce pedregoso que construyeron después de la riada del año pasado que hizo que se cortara en ambos sentidos la autovía, y comprobé que no había forma de incorporarse a la calzada, ni haciendo el cabra siquiera, así que no sería una forma de volver a casa, evitando pasar por el pueblo.

Aproveché la ubicación para hacerme una idea de cómo fue aquel día que este arroyo seco se desbordó causando tal caos. Entendí que todo derivaba de la construcción de la salida 17 en mitad del cauce paralelo a la A-3. En fin, que ahora esa poca agua que llevaba se metía por un tubo, y el cauce de piedras iba seco.

Me adelanto unos metro para girar a otro camino que baja en perpendicular a la A-3, y compruebo que efectivamente se acaba en una alambrada, pero me asombra que ese camino es de asfalto, y que debía ser una antigua incorporación, quizá de cuando la autovía era una Carretera Nacional.

 Imagen308-Imagen309 - 2632x1112 - SCUL-Smartblend

Cuando me doy la vuelta veo la que está cayendo detrás del cerro que tenía a mis espaldas, y me empiezo a temer lo peor: me voy a mojar, y mucho. Pero a lo lejos diviso los restos de lo que pareciera una antigua fábrica. Me dirijo hasta allí cuando empiezo a oler a tierra mojada y el cielo se empieza a iluminar.

 

El panorama era tétrico, la típica fábrica derruida donde pasan cosas malas, habitan perturbados mentales y donde perfectamente te puedes encontrar un cadáver. Pero no, esto está entre Rivas y la Cañada Real, ahí no puede pasar eso. Así que localizo un lugar donde cobijarme de la lluvia que comienza a caer, y decido por meterme en una torre de transformador, por supuesto obsoleta, pero en pie y con cubierta. Como aún no llueve demasiado la curiosidad me lleva a ver qué más hay por allí, y salvo ladrillos rotos, paredes sin techo, pintadas, basura y muchos conejos no hay "nada más".

 Imagen311 Imagen310

En esto que se pone a llover como si hubiera agua en los cielos (literal). Es como si de las nubes hubieran abierto una compuerta soltando el agua de golpe. Los truenos zumban cada vez más cerca, los rayos los veo por la puerta. Rivas ya no está. Un relámpago rompe la roca a escasos metros, retumban todas las paredes donde me encontraba. Mando un SMS a mi amigo Nando para que al menos alguien sepa dónde estoy, por si me ocurriese algo (hasta ese punto llega el acojone que tengo).

Imagen312 Imagen313 Imagen314

Imagen320-Imagen321 - 2875x1128 - SCUL-Smartblend

El tiempo pasa lento, pero se empieza a divisar el Polígono de Santa Ana. Finalmente escampa, salgo de mi escondite y empiezo a oír las sirenas de bomberos y policía. La autovía está cortada y todos los coches, de ambos sentidos, parados. Subo al cerro que tengo al lado a ver qué ha pasado. Por lo visto un camión ha volcado cruzándose en mitad de la calzada sentido Madrid. Doy una vuelta por lo que ha sido mi cobijo, comprobando cómo el terreno está anegado y la rueda se encaja en los surcos.

Imagen324 Imagen325

Tan sólo chispea, pero se va haciendo tarde. Basta por hoy, vuelvo para casa. No va a ser fácil. El terreno por el que voy es plenamente aluvial, arcilloso, y está repletito de agua, las ruedas van para donde quieren, debo hacer verdaderos equilibrios para no acabar con los huesos en el barro. Me subo por la cuneta, hasta los cardos le confieren algo de compacto al terreno, los aprovecho. Llego a la carretera, inundada, desde ella puedo comprobar que por donde antes caminaba intentando imaginar cómo podría llevar agua, ahora es un torrente que lo arrastra todo.

Imagen326

 

Un día más, sin quererlo ni beberlo, vuelvo embarrado a casa.

3 comentarios:

  1. Que bonita la salida, los días así son los más divertidos y en los que mejor te lo pasas.

    ResponderEliminar
  2. Muy buen Blog,intentare seguirte asiduamente pues tengo muy rodada toda la zona de Valdemoro y su influencia.
    Gracias

    ResponderEliminar