31 de diciembre de 2010

Recordando el año que se va

No puede faltar en estas fechas echar la vista atrás y evaluar el año que abandonamos.

2010, en términos generales, sin ser el año perfecto, ha sido bastante bueno. A pesar de que aquí no ha aparecido todo lo que he hecho en estos 365 días, todas esas imágenes, que recogen casi todos los buenos momentos, se pueden recoger en un buen montón de fotos.

Imposible hacer un repaso completo, pero he de recordar lo que más ha marcado el año: un viaje a la otra parte del mundo: Nueva Zelanda; dos bodas inolvidables; todos los preparativos de la boda de mi hermano: piragüas y barranquismo; la preparación para el Camino de Santiago: Cuerda Larga; y la peregrinación en sí. Sin olvidar todas las comilonas con los amigos, el Sella, casa Goyo, mis sobrinos en Cáceres y Ávila; el curro, padeciendo fríos, ruidos, olores y calores, con mis compañeros; los viajes a Sagunto, Puertollano, Zafra…; los nuevos gadgets que me hacen todo más fácil… Un sólo concierto en el año, pero impresionante.

Las Fotos 2010

Y qué decir del deporte, la de alegrías que hemos tenido este año. Un anuncio hace poco nos lo ha hecho recordar. Pero la sensación de ser campeones con mi Atleti y con la Selección serán inolvidables.

Por todo esto le doy gracias al año que dejamos, y le pido al 2011 que no baje el listón. Esperamos el cambio, siempre a mejor, que nos encuentre con salud, bienestar físico y mental, con fuerzas y ganas de afrontar día a día. Con eso somos capaces de afrontar este curro tan duro, que no falte, aunque algo más de remuneración iba a hacer muchas cosas más fáciles.

Y lo que pido para mi, lo pido para ti, para que esto sea cada año mejor.

Salud!

 

PD: gracias a los que aparecéis en las fotos por todos esos momentos.

13 de noviembre de 2010

Sensaciones y consejos en el Camino de Santiago – Fisterra

Nuestra experiencia empezó en Piedrafita D’Ocebreiro, primer pueblo de la provincia de Lugo, pasó por Santiago de Compostela a los 7 días y en 4 más llegó a Finisterre. La media de km ronda los 20 km. Quiero aclarar que todo lo que comente se centra en esta experiencia:
  • El primer día fue el más duro de la parte hasta Santiago, muy largo, empezamos a caminar de noche, sobre las 6 AM sin encontrar el camino, nos empezó a llover, sangrando por la nariz, sin desayunar… pero a pesar de eso continuamos con fe. Piedrafita D’Ocebreiro no está en el Camino, no es O’Cebreiro, y no contábamos con los 4 km de enlace.Camino 2010 (35)
  • Conseguimos tomarle la distancia a las etapas hasta que llegué al final de la parte de Fisterra. Los primeros km se hacen bien, pero los últimos nunca llegan, lo mismo pasa a una escala mayor, las primeras etapas se van pasando, pero las últimas son un muro.
  • Andar solo se hace duro, aunque a veces se encuentra la motivación, la música incluso puede ayudar, pero como mejor se pasan los km es con una buena conversación. En algunos momentos ha faltado eso…
  • Se conoce a gente pero muy poco, motiva ir detrás de alguien y cogerle, pero desmotiva lo contrario. Hasta Sarria la gente que encontrábamos venía lazada, hacía km fácilmente y nos pasaba, a partir de Sarria hay más gente que va a por los 100 km y anda algo peor y les adelantábamos. Desde Santiago no encontramos a nadie en el camino, y eso desmotivaba mucho y hacía de las etapas un Camino aún más largo.
  • Por esta experiencia, la gente de Galicia no es nada hospitalaria. La única persona que me ha ofrecido algo fuera del negocio (mi hermano dice que le ofrecieron manzanas para los peregrinos) fue la señora de las filloas, que aparece de una cuadra con un plato de éste dulce. Pero al final insistió en que le diéramos alguna moneda cuando ya le habíamos dado algo. Nadie nos ha asistido ni se ha preocupado por que estuviéramos bien, si no era con dinero de por medio, y a veces ni con eso.
  • El olor a heno húmedo, ácido, y a mierda de vaca mojada está relacionado, a partir de ahora, con el de las filloas.
  • No existen ventajas por ser peregrino, en poco albergues (privados) nos han pedido la credencial, y para comer nos hemos encontrado con menús de peregrino en torno a los 9-10 € con apenas tres platos para elegir, cuando hemos podido elegir. Incluso hemos visto sitios en los que el menú del día eran 10 € y el menú del peregrino 15 €. Así que en ocasiones ocultábamos que éramos peregrinos.
  • El Camino es un negocio, pero que encima está mal explotado, en muchos lugares falta oferta (caso extremo las etapas Negreira-Olveiroa-Cee).
  • En Galicia llueve, aunque no tan continuo como podíamos esperar.
En cuanto a las cosas que me llevé al camino:
Camino 2010 (2)
  • Pantalón para días lluviosos, pantalón fino, 4 camisetas cortas de poliester, 1 camiseta corta de algodón-poliester, 2 camisetas largas de poliester, 3 calzoncillos, 3 mallas, 3 pares de calcetines gordos de montaña y 2 finos, casi todo ello dentro de una bolsa estanca compresora de 15 L. A parte: saco para 5º, gorro de lluvia, guantes, braga para cuello, pañuelo palestino, gorra, gafas de sol, cantimplora con funda, frontal, navaja, imperdibles, botiquín, neceser baño, toalla de microfibra, 2 pares de chanclas (ducha y albergue), prismáticos, móvil y cámara de fotos con sus cargadores, botas, 1 impermeable, 1 forro polar y 1 cortavientos . Todo esto lo llevaba, cabía o colgaba de una mochila de 33 litros que pesó 10 Kg.
  • Es indispensable que un chubasquero transpire si vas a andar con él. Hubo días que acabé más mojado por mi sudor que por la lluvia.
  • No siempre es buena idea dar un agua a tu camiseta de poliester sudada. Si no eliges bien el jabón huele mucho peor.
  • Mejor un sobrepantalón impermeable que un pantalón de andar con membrana. Más ligero e impermeable.
  • Para mí un invento la bolsa estanca compresora en la que llevaba toda la ropa. No me preocupaba de que se mojara y era cómoda de sacar, comprimir y meter en la mochila.
  • Las botas que llevaba pesaban mucho, eran demasiado técnicas para el Camino, pero su membrana Gore Tex me aseguró estar el 99 % del tiempo seco.

  • El saco de invierno me salvó en una noche que no había calefacción en el albergue y hacía mucho frío, pero entre calefacción y mantas creo que es suficiente con un +15ºC incluso en invierno. Por tamaño y peso.
  • Hay secadoras en los albergues que son una mierda, no meter toda la ropa junta y ojo con los materiales sintéticos y el calor.
Si quieres ver algo más, aquí tienes las fotos, de Miguel y Gonzalo de Luis.

11 de noviembre de 2010

Conclusiones de mi camino por el Camino: la voluntad de la lógica.

Con buena parte del Camino de Santiago en mis pies, muchas son las conclusiones que he podido ir sacando durante el tiempo de mi “peregrinaje” (llamémoslo andadura), porque otra cosa no, tiempo tienes hasta aburrirte y decir basta.

Lo que más me ha impactado en esta nueva experiencia no ha sido el conocer a mucha gente, porque de hecho no he conocido a nadie: las experiencias en este caso han sido realmente vagas. Tampoco llegas a lograr una comunicación profunda con tu yo interior: creo que aquí el problema es mío puesto que mi yo interior va siempre con Migo y solemos encontrarnos y charlar muy a menudo, no necesito irme a caminar en solitario al norte de la Península para ello.

Egoístamente, el Camino ha servido, como tantos retos, para ponerme una meta y evaluar hasta dónde llego. Quizá haya cometido el error de obsesionarme con llegar, peor, ansiarme por intentar llegar, y eso ha hecho que algunas cosas pasen al lado sin degustarlas. Creo que hemos manejado mal la variable tiempo, y esta variable era quizá la única (sé de sobra que para otros no, que los hándicaps son otros) que me ligaba a nuestra rutina diaria ciudadana. Me quejaba en el viaje hacia el aeropuerto de haber contado con los días justos. Digamos que de algún modo no habíamos desconectado con nuestro mundo ordinario puesto que habíamos incluido esta experiencia dentro del espacio temporal común en nuestra vidas. Hablando claro: salimos el 29 de octubre con un billete de autobús, y regresábamos el 10 de noviembre con un billete de avión. Bien es cierto que contábamos con más días, que ahora mismo me están viniendo de lujo.

Creo que la verdadera experiencia del camino se vive desconectando las variables nimias de tu vida cotidiana, y el tiempo es una de ellas: Disfrutar de cada etapa sin ponerte metas, disfrutar del tiempo sin ponerte fechas. Ese es el Camino que no he recorrido.

Y agobiado por la meta diaria iba pisando los detalles que suelen acompañar mis pasos, buscando el ritmo adecuado para llegar, no para caminar. Ya no se trata de prisa ni de rapidez, se trata de avanzar.

Pero no hecho la culpa a esta prisa por llegar, a la apretura de fechas, a lo cerrado del asunto. Nuestro bache en el Camino, mi bache, vino por la desmotivación a largo plazo, la falta de sentido más que el marcado por las flechas amarillas. Cuando el hastío y la humedad me iban pudriendo por dentro se iban desmoronando ciertas vigas que creía bien apuntaladas. Quizá en ese momento de debilidad, de vaivén de cimientos, creí ver la magia del Camino.

Mi cabeza ya olvidaba el número 30, y sólo pensaba en el 3. Llevábamos casi 10 km recorridos, y faltaban casi 3 para la próxima población con refugio, y nunca llegaba. Tras ellos, casi 20 hasta el final. Tenía frío, me dolían los pies, estaba calado, me pesaba más que nunca la mochila, los tirantes se hincaban en los hombros. Mi único sentido era llegar por llegar, por demostrarme a mí mismo que podía hacerlo, de forma completa, sin ayudas. En ese momento los factores de la lógica medraban mis fuerzas y mucho más mi voluntad. No encontraba motivo.

Pensé como siempre en el prójimo, en el que hacía esto por una cuestión de fe, y me imaginaba cómo caminaba contra viento y marea sin miedo al cansancio ni al paso de los kilómetros. Todo ello movido por una fe, una voluntad cristiana en este caso, que hacía que todo dolor se convirtiera en reto y ánimo. En ese preciso momento la voluntad de la fe metía un gol a la voluntad de la lógica.

Sé que hablo de mi caso, porque por ejemplo, a mi hermano, mi compañero, le movía otra voluntad muy poderosa. Su meta, no una promesa, más una dedicación, le daba fuerzas para seguir caminando.

¿Habré errado en mi meta, en mi motivo? Creo que no, no tenía otro. He fallado a mi motivo, que era yo mismo. Quizá una vez más no haya conseguido lo que me proponía por falta de voluntad, pero por supuesto que no reniego de la voluntad de la lógica, la única que me mueve. Tan solo fue una batalla perdida, al final la guerra la ganamos.

Camino 2010 (985)

29 de octubre de 2010

Camino de Santiago - Noviembre 2010

A partir de hoy mi camino coincide con el Camino de Santiago. 
Vamos camino del Fin del Mundo...

27 de julio de 2010

Mar o montaña: Asturias! (Guía de Viaje en solitario I)

Llega el momento de despedirse de la agradable compañía  y seguir el camino solo. Aprovechando que andábamos por la parte oriental de Asturias, decido acercarme por un lugar al que he ido muchas veces y desde hace mucho tiempo: la calita de Prellezo. A escasos kilómetros de la Ría de San Vicente de la Barquera, una carretera en ya muy buen estado te conduce hasta el pueblo y tras él, entre prados plagados de vacas, un aparcamiento en el que he pasado muchas noches. Allí dejé el coche, alucinado por la altura de los árboles, que en su día ni estaban, y que hacían del aparcamiento un lugar pequeño. Se apoderaban de mí numerosos recuerdos, de noches durmiendo en tienda de campaña, al raso, en el coche… Bajando a la cala podía apreciar la casa de ensueño que se construyó un notas con una vista perfecta al mar, y la casa a pie de playa lamentablemente abandonada y que, hace poco recordaba, nos fue ofrecida en su día. Cuando llego a las rocas también me acuerdo de que mi hermano Gonzalo vino aquí a retirar chapapote del desgraciado Prestige. En fin, muchos recuerdos de muchas muchas historias.DSCN9625 Siempre me ha gustado esta cala por su tranquilidad, y porque sImagen0075e aprecia una distancia intermareal bestial: en pleamar las aguas son tranquilas, y cuando se retiran dejan miles de huecos en la roca con mucha vida y las olas rompen en mar abierto. Pero hoy, cuando llego a la orilla, descubro un bullicio de gente, muchos padres con sus hijos, todos hacinados en los 5 metros escasos de arena que deja libre unas aguas en pleamar. Han instalado duchas, un chiringuito y un puesto de vigilancia, la verdad que esto no es lo que era. Para llegar a la arena tienes que meterte en el agua y sortear una roca, decido no pasar, me quedo observando el mar. Por poco tiempo, pues empiezo a pensar que un tío solo, en una playa repleta de niños, observando sin nada que hacer puede resultar sospechoso. Así que decido irme, y ni siquiera me planteo quedarme esta noche a dormir allí. Prefiero conservar los recuerdos que tengo en mi cabeza y no llenarlos de gente.

Como tenía unas ganas tremendas de meterme en el mar, decidí volver a la Playa de La Franca. Y allí pude gozar de una playa con bandera azul, a unas horas en las que el calor no apretaba demasiado y no había excesiva gente. El problema, con el que ya contaba, era qué hacer con las llaves del coche. Iba provisto de una bolsita estanca, pero a falta de bolsillos con cremallera decidí que lo mejor era dejarlas en tierra firme tapaditas con la toalla. Así pues disfruté del mar pero con un ojo puesto en la orilla.DSCN9629 - DSCN9631 - 4216x1664 - SCUL-Smartblend Muy buena playa, el agua estaba buenísima, con bastantes metros para hacer pie, con un bosque a un lado y piedras al otro, un río desembocando junto a un acúmulo de arena. Muy bien, un 9 para esta playa, hay que volver, seguro que volveré.

Una vez refrescados el siguiente propósito era hacerme con víveres, aunque mis amigos me dejaran algo. Tras pasar por San Vicente y Llanes sin éxito de encontrar un supermercado abierto (sigue aumentando mi manía con Llanes), acabé en el Alimerka de Ribadesella, donde me encontré a una de las vecinas de Cuevas, con la que más hablamos después del baile, muy curioso.156, 3 imagenes, DSCN0001 - DSCN0003 - 6651x2083 - CCUL-Smartblend Y tras estar provisto de comida la siguiente tarea era encontrar sitio para dormir. Lo tenía claro, hoy no iba a ser en camping, intentaría colocar la tienda junto a algún camino o si no, contaba con el parking de la Cuevona que estaba bastante escondido. En vez de tomar el camino de siempre tomé, desde la parte nueva de Ribadesella, la AS-341 que en pronunciada subida conduce hasta un área recreativa muy chula con unos miradores desde donde ver toda Ribadesella.

161, 5 imagenes, DSCN0001 - DSCN0005 - 10658x2068 - CCUL-SmartblendDSCN9636

Por una carretera muy estrecha crucé Ardines, Sardalla,  Tezangos… pequeños núcleos de viviendas, y casas desperdigadas por eternos prados. Así llegué al cruce bajo la A-8 y en vez de ir hacia cuevas giré hacia Nocedo, donde me dijo Dani que había visto un sitio que me podía servir. Y así fue, al final del camino junto a unas casas, había una parcelita donde solo faltaba el cartel de “acampe aquí” con su aparcamiento y todo. Pero me parecía que estaba muy expuesto, y tras consultar a un vecino me pareció mejor opción un camino que se adentraba hacia el bosque, que hacía poco lo habían segado, y que no conducía a ninguna parte ya que la vegetación lo cerraba. Allí, al fondo, planté mi tienda de campaña en pocos segundos. Degusté mi cena y dormí rodeado de vacas con sus cencerros deseándome buenas noches mientras se alejaban a medida que la noche me presentaba las estrellas.

26 de julio de 2010

Mar o montaña: Asturias! (Guía de viaje I)

Tras el descenso del Sella y degustar gastronomía de Ribadesella intentamos hacer algo de turismo proactivo. Las visitas que hice en compañía fueron las siguientes:

DSCN9621

  • Lastres (Colunga): el pueblo del Doctor Mateo, una villa llena de cuestas, con una pequeña playa de aguas cristalinas. Y un mirador desde el que ver la inmensidad del mar y la imponente silueta evocadora y motivadora de los Picos de Europa. Lugar en el que Patri se dio el homenaje de invitarnos a una comida en el Restaurante “El Escanu” en la que no puede ser de otro modo, nos llenó los ojos, la boca y los estómagos. Arrozzzzzz. de Nando
    IMG_8390

 

  • Playa de la Griega (Colunga): que comente Fernando su baño in extremis, que yo mientras estaba alucinando al haberme encontrado a una amiga que hacía tiempo que no veía, Vanessa. Entre Madrid y Valladolid, nos tenemos que volver a ver en Asturias, qué sorpresón maja! Al final de esta playa, en su extremo oriental nos encontramos con un mirador desde el que podemos observar, bajo nuestros pies, un bloque calizo estratificado en el que quedaron grabadas las pisadas de saurópodos del Jurásico. El yacimiento de huellas de dinosaurio más grande del mundo (las huellas). Aunque debido a las diaclasas y las fracturas de los estratos, ya  la incidencia de la luz, era complicado apreciar cada una de las pisadas. Un panel con fotografías nos ayudaba a discernir los tipos de huellas y a imaginar de lejos cómo pudo ser aquello hace millones de años.

IMG_8387 

  • Mapa en mano quisimos ver el paraje conocido como El Cobijeru, cerca de Buelna, para ver cuevas en el acantilado y los bufones, aunque imaginaba que en el estado en el que estaba la mar poco iba a bufar. Pero no lo encontramos, acabamos en la Playa La Franca de la que luego hablaré. He buscado por internet el sitio y es alucinante amigos: playas que no dan al mar, acantilados preciosos, calas pequeñas en rincones escondidos, bufones que escupen agua a una decena de metros, una senda que recorre la costa entre Pendueles y Buelna… creo que tenemos un sitio al que hay que volver.
  • Colombres. Allí fuimos a parar porque ya teníamos un hambre que da colombre (juass), y descubrimos un pueblo de indianos con casonas antiguas de inmigrantes, y de nueva planta, en plan chalet y en plan urbanización que sin desentonar en apariencia llamaba la atención.

Y en ese punto mis compañeros de viaje tuvieron que retornar a la ciudad y me dejaron con unos cuantos días para mi solo con toda Asturias para disfrutar.

25 de julio de 2010

Mar o montaña: Asturias! (Descenso del Sella)

Este año por diversas vicisitudes las vacaciones con los amigos se han reducido a un fin de semana alargado. Teníamos pendiente hacer el descenso del río Sella en Asturias, y con ese fin preparamos un finde asturiano en toda regla. Yo he aprovechado este viaje y me he quedado unos días más por el norte, descubriendo algún paisaje que me quedaba por ver de esta hermosa tierra.

Empezaba mal el asunto, pues el día de partida, después de un viaje de vuelta de Puertollano empezaba a las 15 h en Alcobendas y no finalizaba hasta pasadas las 23 h que llegué a Ribadesella. 8 eternas horas, el doble de lo normal, para llegar al norte del país. Me era imposible llegar a Burgos por la N-I, y tras más de 4 horas decidí desviarme por carreteras locales para cruzar la provincia de Burgos y llegar hasta la de Palencia. Aquí empecé a disfrutar del viaje como debería ser.

Nos alojamos en la Casa Rural la Cuevona, en Cuevas del Agua, un pequeño pueblo al que se accede por carretera únicamente a través de la Cuevona, una cueva natural excavada por un pequeño arroyo. Espectacular la cueva como toda la carretera de acceso desde Ribadesella, curva tras curva, cuesta tras cuesta.

DSC00519_20_18_tonemappedDSC00522

El día del Descenso nos levantamos no muy tarde, a eso de las 11.30 habíamos quedado en Arriondas para la salida con la Escuela Asturiana de Piragüismo y su ridícula ranita. También se presentaron Yoryo, el primo de Nando, y su amigo Antonio. 9 palistas más a los cientos que poblaban las aguas del Sella.

DSCF2453 DSCF2458 Ligeras clases de cómo manejar aquello, y una hora límite para acabar el recorrido: las 18 h. Primeras preocupaciones: tenemos solo 6 horas para hacer el recorrido. Nos emparejamos en las canoas, me junto al primo, ahí, más de 200 kilos flotando sobre un cacho plástico. Nos tiramos por el tobogán de salida y nos empapamos de agua como en las atracciones de los Parques Temáticos. En seguida nos ponemos a palear para evitar el primer mogollón de gente. Cuando nos queremos dar cuenta navegamos bastante bien, pero sin nuestros amigos. Los primeros metros son un poco agobiantes pero no en exceso, alguna pequeña complicación en el cauce, los primeros choques con otras embarcaciones, pero en general se nos está dando bastante bien. El primo maneja atrás, y yo le voy indicando hacia qué lado remar.

DSCF2464 DSCF2461 DSCF2467 DSCF2470 DSCF2484

Se suceden las paradas para agruparnos, mientras aprovecho para sacar fotos con la cámara acuática de mi hermano. Pasa bastante tiempo hasta que llegamos al primer chiringuito, se nos va a hacer largo el recorrido. Se han agotado las sidras así que tenemos que recurrir al litro de kalimocho, qué placer!

Si el comienzo no había sido muy caótico, el tema de los chiringuitos sí lo es, con muchísima gente apilada en la orilla y muchas canoas sin dueño flotando y deambulando por el agua. En cuanto hemos descansado y nos hemos refrescado continuamos nuestro palear.

El siguiente descanso le hacemos fuera de ningún chiringuito, en una playita de la orilla izquierda del río. Alguno se anima a darse un chapuzón, apetece mucho, el agua está genial de temperatura, el día es cálido aunque no demasiado, pero en ese punto el agua está un poco sucia de restos orgánicos.

DSCF2481 Se nota un montón el cansancio cuando vuelves a sentarte en el plástico azul y coges los remos. Empiezan a disminuir las fuerzas y nos empezamos a descompasar, pero seguimos pasándolo bien mientras nos adelantamos, nos golpeamos entre nosotros o con otros palistas. Curiosamente, por más que pararas, te acababas golpeando con casi siempre los mismos, ¡cómo puede ser!

DSCF2478  DSCF2485 DSCF2492 DSCF2494 DSCF2496 DSCF2498

Llega la hora de comerse un escaso bocata de york-queso, y es que uno tenía en la cabeza un pan preñao para recuperar fuerzas. Pero nada, tendremos que suplirlo con unas cuantas sidras, que ahora sí, caen alegremente mientras nos arrea un inaplacable Lorenzo.

DSCF2504 DSCF2509

IMGP0057 

La segunda parte del recorrido la hacemos con la incógnita de si seremos capaces de llegar antes de las 6 de la tarde, hora en la que empiezan a aparecer los pescadores y tienes que estar fuera del río. En estos momentos el río se vuelve de aguas tranquilas, lentas, y rectas interminables que hay que tomarse con paciencia y descanso, mientras las embarcaciones que vienen por detrás te empujan para seguir, jejeje.

DSCF2516DSCF2514

IMGP0069,2

Tras una curva empieza a soplar el viento de cara que lo hace aún todo más duro. Quedan un par de zonas “comprometidas” que salvamos con elegancia empujando a nuestros compañeros fuera de la trazada de la curva. Los kilómetros finales se hacen más amenos gracias al pique con la canoa de Yoryo y Antonio, que en algunos momentos no son capaces de conducirla en línea recta. Nos perseguimos, nos cerramos, gritamos, sudamos, qué paliza! y sin darnos apenas cuenta llegamos a la recta final bajo el puente de San Román.

DSCF2475DSCF2520

El final se hizo llevadero, pero vamos que es una paliza de 16 kilómetros en canoa que te deja los brazos tiritando. Eso sí, nos hizo un día espectacular de sol y temperatura agradable, de esos que encargarías para los grandes momentos. Felicitaciones para los chavales y mi asombro hacia Patri que se hizo todo el recorrido con los problemas de espalda que arrastra.

Y qué mejor manera de acabar el día que en las fiestas de Cuevas del Agua, con cubatas cargados a 3 €, “orquesta”, “escenario”, “público”… cómo se complicó la noche! nos acabamos haciendo con el pueblo, cantando, bailando, botando, animando la fiesta de un pueblo de unas pocas decenas de habitantes. Para la paliza que llevábamos aguantar hasta pasadas las 4 de la mañana resistiendo a los cubatas fue toda una gesta.

IMAG0170 IMAG0162

7 de junio de 2010

Cumbre de Peñalara

Me sobraban ya las ganas de subir al techo de la Sierra de Guadarrama. Hará 10 años que subí hasta la Laguna Grande de Peñalara con la Facultad, me llamaba mucho la atención llegar a la cumbre pero han ido pasando los años y allí seguía, indómita observando cómo llegaba a puertos vecinos montado en bici.

De un tiempo a esta parte la opción era más clara, los compañeros del curro han estado saliendo últimamente a la montaña y ya en su día subieron a Peñalara, pero entonces estaba yo de baja con la clavícula rota.

Panorama_sin_título1

El viernes pasado se presentaba un fin de semana poco movido, así que propuse a mi amigo Dani intentar la ruta en estos calurosos días. La noche del viernes se complicó un poco y lo acabamos dejando para el domingo. Las temperaturas que estamos sufriendo en Madrid, de máximas por encima de 30 ºC, desaconsejaban demorar la partida, y siendo el regreso del puente del Corpus, comer por allí era arriesgarse a deglutir luego un jugoso atasco. 

Así que a las 9 de la mañana quedamos en el Puerto de Cotos, buen madrugón. De camino innumerables ciclistas de carretera subían Navacerrada, y llegando a Cotos me encontré con la cola que hacía un grupo grande de corredores. En el aparcamiento numerosas personas (tampoco demasiadas) preparaban un día en familia, o un ascenso con los amigos de todas las edades. Pienso que la media de edad era avanzada entonces, cosas de la hora imagino.

 DSCN9578DSC00217

La ruta propuesta era circular, en sentido antihorario, evitando tanto en subida como en bajada el antiguo remonte, desviándonos en el Mirador de la Gitana para pasar de largo la Laguna Grande. Nos íbamos a encontrar con más lagunas, así que no había problema. Hasta aquí el recorrido era conocido por mi. El tiempo acompañaba, nada de calor, unos 17 ºC, sol y alguna nube en el cielo. El campo verde y florido de amarillo, con el verdor del liquen de fondo sobre la roca.

Tras cruzar el arroyo de la Laguna empieza una fuerte subida que no me esperaba. Por eso no encuentro el ritmo, al principio subo alegre, supero piedra tras piedra, pero en seguida me ansío y me atranco. Ya empezamos a ver la gente que nos acompañará en el principio de ruta, alguno más en forma que otros. 143, 7 imagenes, DSCN9580 - DSCN9586 - 4860x2615 - CCUL-SmartblendSuperada la primera pendiente fuerte queda seguir la senda, por curva de nivel, encontrándonos con algunos lagunajos que al principio creíamos lagunas. Justo antes de llegar al escalón de la Laguna de Claveles hacemos un descanso y vemos cómo un par de chicos se salen del camino y caminan hacia un nevero. Al principio creíamos que eran los típicos curiosos que quieren tocar la nieve, pero no, acto seguido se ponen a subir casi en vertical por el hielo. Y allí les dejamos. Ese nevero da a un par de canchales y de nuevo otro nevero en garganta, que sube casi hasta la misma cima de Peñalara. Nosotros proseguiremos nuestro más sencillo camino…

145, 5 imagenes, DSCN9598 - DSCN9602 - 6475x2009 - CCUL-Smartblend144, 6 imagenes, DSCN9591 - DSCN9596 - 6830x2532 - CCUL-SmartblendPasamos la Laguna de Claveles (no es la de la foto) y proseguimos ya divisando los innumerables puntos de colores sobre los riscos y la cresta por la que pronto seremos nosotros caminando. Nos entretenemos haciendo fotos a los veneros, y a la imponente fachada sur del macizo de Peñalara. Continuamos caminando y en seguida llegamos a la Laguna de Pájaros. Dan ganas de meterse, si no fuera por lo fría que tiene que estar, aunque nosotros tampoco andamos con mucha más temperatura.

DSC00347 Bip, bip: “oye, que no es por aquí”, “anda, nos hemos salido del sendero”. Menos mal que vamos con GPS, pero vamos, que el camino es sencillo, proseguir casi en línea recta por la cresta, siguiendo unos cuantos mojones (malamente indicada la ruta) y muchas más personas. Ya hemos visto unos cuantos corriendo montaña arriba y ahora vemos alguno más a bastante velocidad bajando las peñas. En esto que empezamos a pensar que de ropa no vamos sobrados. Entra un fresquete por la sudorosa espalda que te deja los riñones helados, ya veremos si en cumbre no nos tenemos que poner el impermeable a modo de abrigo.

DSCN9608 DSC00364

Enfilamos las primeras rampas, sabemos que son más largas que la primera de Laguna Grande, pero salvo un tramo, menos empinadas. Pero ya vamos viendo dónde cae la cima de Peñalara, y el escollo del Risco de los Claveles justo por delante. Llegamos a su base, queda imponente, y suponemos que habrá que hacer uso de manos para subir hasta arriba. Planteamos rodearlo para atacar cumbre desde la cara norte, pero metidos en harina nos ponemos a subir peñas arriba.

DSC00376DSCN9609

Extenuados llegamos a la parte superior del risco, poco o  nada tiene que envidiar a su vecina Peñalara, más dura y de no mucho menos altura, esta ascensión nos ha gustado bastante. En la cima confluimos unos cuantos senderistas, y se amontonan unos metros más adelante en un paso complicado. Decidimos hacer una parada, descansar y esperar a que eso despejara (había un grupo que portaba un galgo en sus brazos…). Para esto nos buscamos el abrigo de unas rocas calentadas por el sol, expuestas al sur y protegidas del viento del noroeste que nos está empezando a meter nubes. Tanto es así, que la cima se cubre de niebla que nos impide ver las vistas hacia Segovia, y en seguida hacia Madrid.

Si ya de antes la subida nos estaba recordando al principio de la Alpine Crossing del Tongariro, el final en la antesala de la cumbre es clavado a cuando estuvimos en el Red Crater del Tongariro.DSC00381 Unos pistachos y una piña deshidratada y aquello se había quedado prácticamente vacío. Tenemos que bajar el risco para atacar por fin la cima de Peñalara, que no se antoja nada difícil. De hecho lo peor era el descenso del Risco de los Claveles, pero de roca en roca, saltando, apoyando, culeando y guardando el equilibrio, y sin mirar mucho a los lados pues la caída era espectacular, vamos descendiendo.DSCN9614 Solo quedan unos metros para la cima y aprovecho para asomarme al nevero por donde quizá quisieran subir los muchachos de antes. Pero hace frío, sopla el viento, y no gastamos nada de tiempo ni en la cumbre, una foto en medio de la niebla y descendemos. Bajando recuperamos un poco la temperatura, y recuerdo lo orgulloso que estoy de poder haber subido al techo de Madrid (2.428 m), un nuevo hito conseguido.

DSCN9615DSCN9616 

La bajada nos parece mucho más suave que la subida, en el sentido que lo hemos hecho. A medida que bajamos el cielo se abre, pero no perdemos de vista la cumbre que sigue tapada cual Monte Cook, jeje. Al final del primer tramo de bajada nos desviamos para seguir nuestro track grabado en el GPS. Suponemos que el autor hizo esta ruta en invierno, sobre nieve, pues cuando nos desviamos no existe ningún camino, y por un tiempo. Avanzamos por la falda norte de Peñalara, mirando al oeste, no encontramos camino hasta que cruzamos un cauce seco, justo enfrente de Peña Citores. En ese punto el camino desciende unos metros por una zona bastante seca y gira al sur para emprender, primero un suave descenso, y luego más acusado tras llegar a una zona de pinos castigados por la meteorología. Así vamos llegando al final de nuestra ruta, en el edificio del Club Alpino y la Casa del Parque, junto a la pradera de Cotos.

DSCN9620 DSC00408

DSC00400,4

Ya es tarde, casi las tres y nos esperan en casa para comer. No hay tiempo para mucho más. Queda regresar tranquilamente a la calurosa capital, es impresionante el contraste térmico. Nos acordábamos de la ruta en bici por la Pedriza del año pasado, cuando pasamos tanto frío bajando, y resulta que fue hace justo un año. Claro!

DSC00280

Tras ésta cima, me quedo con ganas de subir al Pico del Lobo, y de ésta forma ascender los picos más altos de las Sierras que comprenden el Sistema Central en su parte española: Peñalara (2.428 m) en la Sierra de Guadarrama, Pico Almanzor (2.592 m) en Gredos y el Pico del Lobo (2.274 m) en la Sierra de Ayllón, que ensombrece al que yo creía más importante, Pico Ocejón (2.049m). Queda dicho…